Joan Subirats, sabio de Colau e ideólogo de los comunes
Catedrático de Ciencia Política, el nuevo ministro de Universidades fue uno de los impulsores de los comunes y responsable de la política cultural de Barcelona
El pasado mes de julio, recién cumplidos los 70 y obligado a jubilarse como catedrático de Ciencia Política de la Universidad Autónoma de Barcelona, Joan Subirats se apartó del foco político y renunció a su cargo como teniente de alcalde de Cultura del Ayuntamiento de Barcelona ... para, dijo entonces, echar el cierre a su «apasionante trabajo» en el gobierno de la ciudad. Un paso atrás que, en realidad, no ha sido más que una manera de tomar impulso para llegar aún más lejos y tomar el relevo de Manuel Castells como ministro de Universidades. Un cargo a la medida de un político que siempre ha destacado por buscar puntos de encaje entre educación, pensamiento y cultura y con el que se mantiene la influencia de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, en el Consejo de Ministros.
Porque Subirats, ideólogo de los 'comunes' y lo más parecido a un mentor político de Colau, representa un cambio de piezas casi idénticas. Sale Castells, catedrático de Sociología, y entra Subirats, otro perfil académico aunque, en este caso, más vinculado al desarrollo ideológico de Barcelona en Comú. Fuentes del Gobierno destacan que mantiene la estructura del Ejecutivo, ya que el pacto es intocable, y se respeta la cuota para los comunes.
Doctor en Ciencias Económicas y Catedrático de Ciencia Política, Joan Subirats, nacido en Barcelona en 1951, llegó relativamente tarde a la primera línea política, pero su activismo viene de lejos: a finales de los sesenta y principios de los setenta pasó por Bandera Roja, militó en el PSUC y formó parte de la clandestina Assemblea de Catalunya junto a Pere Portabella o Raimon Obiols, entre otros. En 1973, tras una reunión de la llamada Comisión Permanente de la Assemblea de Catalunya en la iglesia de Santa María Medianera, Subirats fue detenido junto a 112 personas y encarcelado en La Modelo, donde compartió celda con Josep Lluís Carod-Rovira.
De la celda a las aulas, pasó dos meses entre rejas y, nada más acabar sus estudios en la Facultad de Económicas, empezó a trabajar como profesor ayudante de Derecho Público. De eso hace más de cuarenta años, cuatro décadas que Subirats ha pasado entre pupitres y tarimas, alternando las clases en la Universidad Autónoma de Barcelona con el liderazgo de instituciones como el Instituto de Gobierno y Políticas Públicas (IGOP) de la Autónoma de Barcelona o estadías como profesor visitante en universidades de Roma, Nueva York, California o Georgetown, donde ocupó la cátedra Príncipe de Asturias.
Especialista en municipalismo y políticas públicas, en 2014 impulsó la plataforma Guanyem Barcelona, germen de lo que sería BComú, y se convirtió en uno de los mejores aliados de Ada Colau, junto a quien hizo tándem en las elecciones municipales de 2019. Subirats, que desde 2017 ya formaba parte de la estructura municipal como comisionado de Cultura, fue escogido prácticamente a dedo por Colau, lo que provocó malestar en las bases del partido. Máximo responsable de Cultura del Ayuntamiento desde 2019, fue el impulsor de hallazgos como la Bienal de Pensamiento, aunque también dejó en vía muerta el Hermitage.
Nacido en el Raval, donde sus padres tenían una lechería, y padre de tres hijas, Subirats se confiesa lector voraz, consumidor de películas con cierta querencia negrocriminal, y melómano apasionado. Tanto es así que en 2019, en plena campaña electoral, presumía de llevar más de treinta años abonado al Liceo. Ahora, con su nueva cartera ministerial, le ha llegado a él el momento de dar el Do de pecho y finalizar la reforma universitaria que Castells ha dejado a medias.