El Gobierno endurece las penas de prisión a los provida que obstaculicen el aborto

En la proposición original presentada el pasado 12 de mayo, el grupo socialista planteaba que las penas de prisión o los trabajos en beneficio de la comunidad se establecieran como castigo para «el que hostigue o coarte la libertad de una mujer» que pretenda abortar «promoviendo, favoreciendo, o participando en concentraciones en las proximidades de lugares habilitados para interrumpir embarazos». La enmienda presentada ahora suprime el requisito de las «concentraciones» y describe solo actos individuales.

Para la diputada por Vox, María Ruiz, se trata de «un avance hacia la persecución absoluta de los provida porque ya no hablamos de grupos organizados si no de una sola persona», afirmó Ruiz a este periódico. Para la parlamentaria, cuyo grupo presentó junto a PP sendas enmiendas a la totalidad, esta nueva propuesta de PSOE-Podemos es «un paso más en la conculcación de derechos fundamentales de las personas», como la libertad de expresión.

La diputada asegura que «no es comprensible» que «el Gobierno busque, por una parte, proteger con la reforma de la ley de seguridad ciudadana a los manifestantes que queman contenedores y, por otro, imponga penas de prisión para personas pacíficas que utilizan los derechos que les reconoce la Constitución» para ofrecer información y ayuda a las mujeres gestantes frente a los centros abortistas.

Al menos tres organizaciones trabajan actualmente a las puertas de las clínicas abortistas para ofrecer información a las mujeres. La más numerosa es Más Futuro. En los últimos cinco años, sus 2.000 voluntarios han conseguido rescatar a 5.200 no nacidos en toda España . Ninguna de las estas organización que no reciben financiación pública han tenido una sola denuncia por coacción o intimidación.

La presidenta de la Federación Española de Asociaciones Provida, Alicia Latorre, explica a ABC que esta enmienda de PSOE-Podemos «parece una respuesta furiosa y llena de odio» a «la gran manifestación pública», que tuvo lugar el pasado domingo en la Puerta de Alcalá de Madrid y al resurgimiento del movimiento provida. «Por mucho que quieran, a golpe de ley injusta y sin sentido, invertir la carga de la prueba, por mucho que quieran presentar el mal como bien, los delitos como derechos, no podrán cambiar la realidad de que el aborto es matar, que se trata de un muy lucrativo negocio económico e ideológico, y que no les importan las mujeres y mucho menos sus hijos», afirmó Latorre.