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Exigen responsabilidades por la muerte de Amaresh, la joven que esperaba una operación de estómago

Desde hace cinco años, la asturiana de 24 años aguardaba la cirguía bariátrica. Murió la pasada Nochevieja

Amaresh, la joven de 24 años, en una imagen de archivo EL COMERCIO

LAURA FONSECA (EL COMERCIO)

La muerte de Amaresh Fernández, la joven de Pravia que sufría obesidad mórbida y que llevaba cinco años aguardando por una operación de reducción de estómago en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), ha causado honda conmoción social y también política en Asturias. Asociaciones de pacientes y partidos de la oposición han exigido que se depuren responsabilidades y han reclamado al Gobierno regional qué explique porqué el caso de esta joven de 24 años, que llegó a pesar 125 kilos debido a su trastorno de obesidad, fue catalogado en enero de 2016 por el Servicio de Salud del Principado (Sespa) como «ni urgente ni preferente».

La postura más crítica llegó por parte de la Asociación del Defensor del Paciente, entidad que denunció la situación de Amaresh ante la Fiscalía Superior del Principado y que prevía iniciar una reclamación por la vía administrativa ante la Consejería de Sanidad de Asturias ante la elevada demora asistencial de la que estaba siendo víctima Amaresh. Ayer, su presidenta, Carmen Flórez , pidió la dimisión del consejero asturiano de Sanidad, Francisco del Busto, y extendió la responsbilidad de lo ocurrido al presidente del Principado, Javier Fernández (PSOE). «Ambos sabían lo que pasaba, ambos sabían que Amaresh llevaba cinco años esperando por una cirugía bariátrica para tratar su enfermedad, porque la obesidad mórbida es una enfermedad. Por lo tanto, ambos son responsables de lo que pasó». Y lo que pasó, según Flórez, al margen de lo que determine ahora la autopsia practicada de oficio la pasada Nochevieja, día en que Amaresh falleció mientras dormía la siesta, es que «esta niña murió estando en lista de espera. Lo ocurrido es una clara muestra de que las listas de espera matan», insistió.

En el ámbito político las reacciones por el fallecimiento de la joven praviana llegaron desde Foro y Podemos, cuyo diputado Andrés Fernández Vilanova preside la comisión parlamentaria de investigación de listas de espera. El PP ha preferido de momento no pronunciarse y desde la Consejería de Sanidad insisten en guardar silencio a pesar de las peticiones de dimisión y de responsabilidades que llegan desde los más diversos ámbitos.

«Una espera de cinco años para una operación quirúrgica es, simple y llanamente, una vergüenza», recriminó la diputada de Foro, Cristina Coto. La parlamentaria anunció que su grupo solicitará «la comparecencia urgente del consejero de Sanidad para que dé explicaciones sobre este escándalo de fatal resultado». La formación pedirá también que se investigue «si hay más casos similares». Para la presidenta de Foro Asturias, la muerte de Amaresh «pone en evidencia el lamentable estado de las listas de espera, que siguen desbocadas sin que el Gobierno socialista de Javier Fernández haya tomado ninguna medida de cambio al respecto».

Por su parte, Andrés Fernández Vilanova lamentó en primer lugar el fallecimiento de esta joven y mostró sus condolencias a la familia, en particular a sus padres Horacio e Isabel y su hermana, Saray. «Lamentablemente este suceso ilustra con crudeza las consecuencias de la exclusión y el desahucio asistencial que suponen unas listas de espera descontroladas», indicó. El presidente de la Comisión de Investigación sobre demoras sanitarias de la Junta General señaló que «nuestro compromiso con la familia de Amaresh y con la sociedad asturiana debe ir más allá del compadecimiento». En este sentido, Fernández Vilanova se comprometió a «seguir investigando para detectar las disfunciones del sistema sanitario, exigir que se corrijan, y evitar que historias así puedan repetirse». En concreto, sobre lo ocurrido con Amaresh Fernández «en la comisión de investigación nos corresponderá analizar porqué el Sespa no dispone de un circuito ágil para la gestión de casos excepcionales como éste, que no entren dentro de las programaciones rutinarias».

Quien también se pronunció fue el portavoz de la Plataforma en Defensa de la Sanidad Pública, el facultativo Carlos Ponte: «el sistema público es muy lento para atender casos tan complejos como los de obesidad mórbida. Es cierto que la cirugía bariátrica es una prestación incluida en la sanidad pública, pero se suelen hacer a cuentagotas en los hospitales», recordó.

Próximos pasos

Eduardo Curiel, abogado de la Asociación de Defensor del Paciente que lleva el caso, se mostró muy afectado por la pérdida. «Es una tragedia tremenda. Amaresh era una joven excelente que fue engañada por la sanidad pública, que le prometió una operación que nunca llegó». El letrado recordó que «los facultativos que la atendieron en el HUCA señalaron que no tenía factores de riesgo, como así consta en la contestación que cursó la Consejería de Sanidad ante la asociación».

La familia de Amaresh y su abogado están a la espera de los resultados de la autopsia. «Hasta no conocer las conclusiones no podemos avanzar cuál será el próximo paso. Lo que sí tenemos claro es que pediremos a la Fiscalía que tome cartas en el asunto. Ya nos pusimos en contacto con el organismo y nos han dicho que hasta el 9 de enero no se reincorpora la responsable que lleva el tema de las diligencias», detalló Curiel. El letrado indicó, a su vez, que «si Amareresh y su familia hubieran tenido recursos económicos para costear la operación, seguramente no estaríamos hablando de esta tragedia. Es muy triste que la sanidad pública haya dejado a Amaresh literalmente tirada, porque eso es lo que han hecho con esta joven que llevaba más de una década luchando contra su obesidad mórbida, un trastorno que todos veían que era grave menos el Sespa», recriminó.

«No estoy así por zampar»

El caso de Amaresh fue denunciado por «El Comercio» el pasado 8 de octubre. La joven de Pravia arrastraba un tedioso e infructuoso itinerario de casi diez años por las consultas de varios especialistas del Servicio de Salud del Principado. A pesar de los tratamientos a los que la sometían nutricionistas y digestólogos, del ejercicio y las estrictas dietas, su obesidad mórbida no remitía. De hecho, se agravaba cada vez más. Con apenas 24 años llegó a pesar 125 kilos . A través de las páginas de este periódico, Amaresh se mostraba agotada de tener que demostrar que su gordura «no es por zampar hamburguesas. Lo mío es una enfermedad», insistía. Tras la reclamación que presentó la joven, el Sespa se comprometió por escrito (ver resolución de la Dirección de Planificación Sanitaria) a operarla en el plazo máximo de un año (ya arrastraba una espera de cuatro). El año se cumplió en agosto de 2016, pero la cirugía de reducción de estómago nunca llegó. De hecho, el Sespa le volvió a postegar la intervención, esta vez, «hasta el año 2020», según relató en vida la propia afectada.

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