Suecia decidió renunciar a un cierre estricto y mantener abiertas las escuelas y empresas durante el brote de Covid-19, una estrategia inédita que la distingue de la mayor parte de Europa.
El informe, que no ha sido revisado por pares, encontró que durante el período del 24 de febrero al 14 de junio, hubo 1.124 casos confirmados de Covid-19 entre los menores de edad en Suecia, alrededor del 0,05 por ciento del número total de niños escolarizados de uno a 19 años. Finlandia registró 584 casos en el mismo período, también equivalente a alrededor del 0,05 por ciento de la población escolar.
El informe mostró que los casos severos de Covid-19 fueron muy raros entre los niños suecos y finlandeses de 1 a 19 años, y además no se notificaron muertes en este tramo de edad.
Estudios separados realizados por el Instituto Karolinska (KI) de Suecia, un instituto de investigación médica independiente, y la Red Europea de Defensores del Pueblo para Niños y UNICEF, mostraron que a los niños suecos les fue mejor que a los niños en otros países durante la pandemia, tanto en términos de educación como de salud mental.
El jefe de emergencias de la OMS, Mike Ryan, instó a los países a principios de esta semana a no convertir las escuelas en «otro fútbol político», diciendo que podrían reabrir de manera segura una vez que el virus haya sido suprimido.
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