«Chicles» que diagnostican el Covid o el negocio de las PCR a domicilio
Varias empresas comercializan por internet test para detectar la enfermedad de dudosa fiabilidad científica y desprecian el papel del personal sanitario
Beatriz L. Echazarreta
Un «chicle» de algodón que diagnostica el Covid . La última ocurrencia pandémica. La psicosis se expande a la misma velocidad que la segunda ola de coronavirus y ya se cuentan por decenas las empresas que están rentabilizando en internet la «sensibilidad exacerbada» que ... padece la población.
Venden PCR a domicilio por extracción de sangre, test de antígenos en caja rosa por 55 euros y hasta kits de autodiagnóstico cuya muestra se masca, como un chicle. Estos últimos valen 120 euros. El negocio se abre ante una ciudadanía que no es inmune a las cifras diarias y sabe que la Atención Primaria comienza a estar al límite .
El portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica , el doctor Julio García , advierte de la «dudosa utilidad y fiabilidad científica de este tipo de test» , que conviene desenmascarar. Las empresas, como apuntan desde el sector de la enfermería, se están aprovechando de la «ansiedad» por saber si uno se ha contagiado de coronavirus o no.
Cifras de contagios que se pierden
Tanto científicos como asociaciones de enfermería coinciden en la amenaza que supone abandonar el registro de PCR que se realizan . En opinión de ambos colectivos, estos datos permiten estudiar cómo evoluciona la enfermedad con el propósito de doblegarla y sin ellos, «damos pasos hacía atras». Julio García afirma que «cuanto más fácil es hacer la prueba, más datos se pierden» .
Estos test a domicilio admiten variantes: en la primera categoría, un profesional sanitario se desplaza hasta el domicilio del usuario para tomar la muestra, que luego se analiza en un laboratorio. Los segundos son quizá los más inseguros, pues es el propio individuo el que extrae la muestra , sin la intervención de ningún profesional de Atención Primaria.
Negocio pandémico
Hace varias semanas se empezaron a comercializar por internet y permiten que el usuario conozca en 24-48 horas si se ha contagiado de Covid-19 . Además, utilizan sistemas de detección diversos: algunos, como el test de anticuerpos cuantitativo comercializado por Alianza-Covid 19, funcionan por una extracción de sangre en la yema del dedo y se pueden adquirir por 55 euros.
El especialista en microbiología, doctor Julio García, advierte que «los test de anticuerpos no se deben utilizar para el diagnóstico de una enfermedad aguda» , pues aún ofrecen muchas incógnitas. García cuestiona su utilidad, pues la serología «es pertinente cuando el cuadro clínico es claro, pero la PCR sale negativa». Alianza-Covid 19 vende en su página web varios tipos de test que permiten detectar la enfermedad. Sin embargo, según apunta la directora de la empresa detrás de estos productos, Pilar de la Huerta, «solo están obligados a comunicar a Sanidad los PCR positivos» y no todos los que se realizan.
Gamma Health es otra de las muchas empresas que ha empezado a vender el «KIT PCR con auto-toma de muestra» desde principios de este mes y, por el momento, ya ha vendido más de 8.000 test.
En concreto, esta empresa ofrece un sistema de diagnóstico, que cuesta 120 euros, para la realización autónoma de la prueba. Se envía un filtro de algodón que el usuario mastica y que luego es introducido en una bolsa de seguridad biológica. Según el CEO de Gamma Health, Alberto Cantero, el concepto de filtro de algodón «se asemeja a un chicle que se empapa de saliva durante un tiempo inferior a un minuto y se introduce de vuelta a la probeta ».
El test de saliva no está avalado
El portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica, al valorar la fiabilidad de este «chicle de autodiagnóstico» se muestra escéptico, pues la muestra de saliva no se encuentra validada científicamente y solo sería útil en caso de desavastecimiento de PCR , pues este sistema ofrece «menos sensibilidad». Además, añade que la manipulación de la muestra exige hacerlo en las mejores condiciones, por lo que esto supondría un problema añadido.
ABC informaba hace unos días de la puesta en marcha de ensayos en la Universidad Autónoma de Madrid para probar un test rápido de saliva de detección precoz . Esta información confirma la advertencia del doctor García, pues a día de hoy no hay evidencias científicas suficientes para comercializar este tipo de test.
Profesionales sanitarios relegados
María José García, portavoz del Sindicato de Enfermería Satse, insiste en que l as pruebas PCR las tiene que realizar un profesional sanitario y, además, ha de hacerlo en un ambiente seguro . García apunta varios inconvenientes que se derivan de los PCR a domicilio, pues «pueden crear una falsa seguridad en la persona», mientras la realidad es que «no tenemos los recursos sociales suficientes para que cualquiera pueda saber si se ha contagiado».
Desde la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología también se pronuncian sobre los test rápidos de antígenos que los farmacéuticos quieren empezar a vender , pues las farmacias se pueden convertir en un foco de contagio : «la toma de muestras es un momento de alto riesgo».
El argumento que esgrimen este tipo de empresas es que este procedimiento permite que «el usuario no tenga que desplazarse innecesariamente, evitando la exposición al virus y la saturación de centros médicos y puntos de extracción» . Sin embargo, como reconoce Cantero, este sistema de diagnóstico «exige unas pautas de higiene mínimas, que si no se cumplen, podrían reducir la fiabilidad del test».
Desplazamientos a domicilios innecesarios
La portavoz de Satse no comparte el supuesto beneficio que este tipo de formas de detección tendrían a la hora de evitar la saturación de los hospitales pues, en sus palabras, «debemos interiorizar que el profesional sanitario se desplaza solo en los casos en que es imprescindible y necesario» . De sus afirmaciones se puede extraer la conclusión de que el desplazamiento de personal de Atención Primaria, cuando la situación no lo requiere, podría suponer –paradójicamente- un mayor colapso de la Atención Primaria, que se encontraría desperdigada haciendo test a domicilio.
María José García no se manifiesta sobre la fiabilidad predictiva de los test per se , pero es contundente al afirmar que es el personal sanitario «el que debe interpretar los resultados de las pruebas y el que sabe hacerlo de manera idónea» . Los datos, además, se trasladan a las Consejerías de Salud de las comunidades autónomas y, posteriormente, se hace un seguimiento de la enfermedad, así como labores de rastreo de contactos.
Incide en que se trata de un « conjunto de medidas» y que conviene que la población entienda que no se trata de «hacerse la prueba y ya está» . Por no hablar, en su opinión, del precio que el ciudadano tiene que pagar por la adquisición de este prueba que supone en un momento como el actual «un coste innecesario para el ciudadano».
En opinión de esta profesional, el miedo social a tener el virus es «comprensible pero peligroso». En esta línea, explica que estamos volviendo a «lo que pasó en el mes de marzo. Los ojos y la mente están puestos en las UCIS y se nos olvida que los funcionarios de la Atención Primaria son fundamentales e imprescindibles para que todo funcione », remata.
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