Celaá dice descartar el aprobado general, pero se pasará de curso «como norma»

Estas medidas recuerdan al espíritu que impregna la ley educativa por la que tanto luchó para sacar adelante la ministra, la Lomloe. En ella se permite superar el Bachillerato con una materia suspendida o hacer esta etapa en tres años y no dos, «para que nadie se quede atrás, que todo el mundo consiga sacar el máximo de sus potencialidades», dijo en su día.

Ayer también aseguró que «el tercer trimestre (los dos primeros se han podido impartir con normalidad) tiene que computar de manera positiva». «Hay que concentrarse en los aprendizajes y competencias imprescindibles y sin sobrecargar al alumnado de tareas excesivas. Se aprovechará el tercer trimestre para la recuperación, el repaso, el refuerzo con actividades globalizadores e interdisciplinares y debidamente tutorizadas».

La ministra también planteó que la titulación «debe ser la práctica habitual para los alumnos de 4º de la ESO, 2º de Bachillerato y FP, y para eso las administraciones educativas adaptarán el currículo y adoptarán los criterios exigibles para obtener esa titulación pudiendo organizar actuaciones de evaluación extraordinaria, de recuperación y titulación a las que podrán presentarse los que así lo deseen». Esta decisión no agradó a la Comunidad de Madrid. El consejero autonómico, Enrique Ossorio, apuntó en un comunicado que «esta propuesta no se puede dejar al albur de cada comunidad, porque se trata de una competencia estatal, la cual debe ser ejercida por el Ministerio de Educación y no dejar al criterio de las regiones con cuántas asignaturas suspensas se pueden obtener títulos con validez en todo el territorio nacional». Y es que el pasar de curso no conllevaría dar por aprobadas todas las asignaturas, estas quedarían pendientes para el siguiente (2020-21).

Otra decisión tomada ayer, adelantada por ABC, es que el curso no se extenderá más allá de junio. « Se mantiene la duración del curso escolar adaptado a la circunstancia; ni acaba el curso ahora ni se alargará más allá de junio, con la excepción de la EBAU ». El presente curso seguirá desarrollándose a distancia, contando con los recursos de la administración, de los centros y las familias, hasta que Sanidad permita el regreso a la actividad docente presencial. Así, de hecho, le respondió la ministra a Sandra Moneo, responsable de Educación del PP en la sesión de control al Gobierno. «Cuando Sanidad lo permita, lo haremos gustosamente». El deseo de Educación es que los alumnos puedan regresar a sus centros, al menos 15 días, por el efecto benefactor para ellos y los docentes.

Las aulas sí estarán abiertas en verano para actividades de refuerzo en formas diversas, combinadas con actividades lúdicas pero no habrá actividad lectiva». Con este fin, el Ministerio podrá diseñar programas de cooperación territorial, similares al famoso programa de refuerzo de aprendizaje financiado por Educación para los alumnos rezagados (PROA), o trabajar con administraciones locales y ONG, buscando el contenido educativo y recreativo.

Celaá fue preguntada por quién se haría cargo de dichas actividades y descartó que fueran los docentes.

Otro debate abierto es el de la EBAU. Celaá reconoció ayer no tener un «plan B» en el caso de que las pruebas no se hagan de forma presencial.

Aún así, fuentes educativas aseguraron a este diario que se está estudiando la posibilidad de que la Selectividad sea presencial y que los alumnos de distribuyan en más aulas. «En vez de tres aulas, que sean treinta», señalaron estas fuentes, que añadieron que se plantean escenarios de salida al finalizar el examen para que no haya aglomeraciones.

El mensaje que quiso dejar claro la ministra nada más empezar la rueda de prensa fue que nadie se quedará atrás, repetido en otras ocasiones al margen de la pandemia. « Ningún alumno perderá el curso por el Covid-19 », dijo ayer. En la misma línea señaló que «el objetivo prioritario es que los estudiantes puedan avanzar en su formación teniendo en cuenta especialmente a los más vulnerables. La evaluación será continua y acentuará su carácter diagnóstico y formativo en todas las etapas, ciclos y enseñanzas». La ministra anunció también que los centros organizarán el curso 20-21, de forma que lo que no se haya trabajado en este curso, se refuerce en el primer trimestre del próximo. Navarra ya ha planteado una vinculación reforzada entre los cursos 19-20 y 20-21.

El hecho de incidir en el aspecto formativo de la evaluación fue otra decisión que tampoco terminó de convencer a Madrid. «No estamos de acuerdo con la propuesta de que la tercera evaluación tenga carácter diagnóstico; debe tener carácter académico. El ministerio ha propuesto sustituir el término académico por formativo, pero es insuficiente. Es devaluar el concepto de evaluación», señaló Ossorio. Aún no hay un criterio claro sobre si se pueden avanzar contenidos y la decisión quedará en manos de las comunidades (Asturias no lo hará pero Madrid, sí).