Cáncer, innovar con urgencia

El progreso del conocimiento biomédico, verdaderamente colosal a lo largo de cinco décadas, ha definido muchas facetas de la célula tumoral así como aquello que determina su crecimiento descontrolado y su capacidad invasiva de órganos y tejidos .

Más recientemente surgen terapias muy innovadoras –desde el bloqueo selectivo del crecimiento tumoral, hasta la activación de las propias defensas inmunitarias contra el tumor- que muestran resultados clínicos importantes. Extender estos tratamientos a todos los tipos de tumores, muchos de los cuales aún siguen sin terapia eficaz, constituye un objetivo razonable una vez demostrado que la investigación básica se acaba trasladando a nuevos tratamientos.

Pero, la necesidad de innovar en cáncer surge desde muchas perspectivas, como se ha puesto de manifiesto en un encuentro reciente en la UIMP en Santander. En 2012 se diagnosticaron en el mundo más de catorce millones de nuevos casos, mientras que en España la cifra fue de más 247.000 en 2015 . La gravedad de esta patología determina una demanda social de atención sanitaria muy creciente; así lo ilustra el que el 27% del gasto farmacéutico hospitalario en España se destine a Oncología , con un crecimiento anual de dos dígitos.

Seguir avanzando, con nuevos tratamientos que se pongan a disposición en el menor tiempo es una obligación ética. La necesidad de innovar afecta a todos; a las autoridades regulatorias que han de aprobar tratamientos efectivos y descartar los que no lo son; a los gestores sanitarios que han de aplicar los siempre limitados recursos a los tratamientos necesarios ; a la empresas innovadoras a las que de forma creciente se les plantea que acepten el pago por los resultados de sus tratamientos dentro de unos techos de gasto.