El alemán que ha pasado tres meses rodando en una bola de hierro gigante para la Cumbre del Clima

Su objetivo era lograr que la gente se diera cuenta de que se puede vivir de manera sostenible , protegiendo la tierra y el futuro de las siguientes generaciones. Para ello, Drossel utilizó un transporte creado por él mismo. En la esfera, con un diámetro de 2,10 metros , ha recorrido unos 1.500 kilómetros, en tramos de entre 8 y 10 kilómetros cada día. Salió de su ciudad, Paderborn, el viernes 30 de julio. Llegó a Glasgow el pasado 5 de noviembre, con algo de retraso sobre el calendario previsto. Entre medias, 60 ciudades, seis países y algún ferry.

Aunque no le han faltado ánimos (ni ciudadanos que quisieran meterse dentro a empujar un rato), el viaje ha sido un reto. El peso de la esfera dificultaba el avance y los pivotes y bolardos le llegaron a impedir el paso a algunos caminos. No obstante, contaba con la ayuda de su hijo, que en ciertos tramos transportaba el objeto en bicicleta (aunque esta también sufrió pinchazos), y con la de su mujer, que viajaba en la retaguardia con una campervan. Por las noches, los tres eran acogidos voluntariamente en casas.

A lo largo de sus más de 90 días de marcha, Drossel ha estado recogiendo compromisos climáticos que hacían los ciudadanos. La mayoría, explica a ABC, eran sobre alimentación. Por su experiencia, muchos son los europeos que se comprometen a reducir su consumo de carne , pero también a usar más la bicicleta, por ejemplo, o volar menos en avión. La vuelta, eso sí, ha sido motorizada. Su mujer ha sido la encargada de llevarle a casa.