La Cañada Real busca deshacerse de los prejuicios
Muchos vecinos quieren dejar atrás el estigma que persigue a esta zona de Madrid, reflejo de droga y delincuencia
I. ZAMORA
Hace cinco años que, bajo el paraguas de Obra Social «la Caixa» , veía la luz el denominado Proyecto de Intervención Comunitaria Intercultural (ICI) en distintos puntos de nuestra geografía. Un programa que, aunque con características distintas y definidas en base a su ... lugar de aplicación, cuenta con un objetivo común: ayudar a los ciudadanos a vivir una realidad mejor. Dicha meta, tal y como afirman quienes forman parte del proyecto, es toda una realidad gracias al apoyo que la ciudadanía, las organizaciones sociales y la administración pública han proporcionado a un programa del que solo se conocen logros. De hecho, hoy el plan ICI supone un apoyo imprescindible para miles de familias de toda España.
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En Madrid, el proyecto comenzó el pasado año centrado en las necesidades de quienes habitan la Cañada Real Galiana , donde el Ayuntamiento de Madrid, la Caixa y la Fundación Secretariado Gitano junto con Accem trabajan para poner punto y final a la desigualdad y la falta de recursos que, día a día, ahogan a las familias que residen en este decadente entorno.
«Necesitamos tres años para lograr los objetivos»
Susana Camacho, miembro del equipo que colabora en la Cañada, apunta a ABC que «todos los barrios sobre los que trabaja el programa ICI tienen como característica común la exclusión social de sus ciudadanos». «La Cañada Real en Madrid, El Raval en Barcelona... se trata de núcleos con una diversidad cultural importante así como grandes desventajas socioeconómicas respecto al resto de la ciudadanía». Aunque Susana y su equipo llevan un año trabajando sobre el terreno, todavía quedan 24 meses de lucha y esfuerzo por mejorar la situación. «Son necesarios, al menos, tres años para dar por conseguidos los objetivos propuestos», subraya la joven a este diario.
Los problemas de la Cañada Real son evidentes y de sobra conocidos. La lejanía de los núcleos urbanos y la venta de droga , entre otras cosas, han convertido a la zona en un lugar sobre el que, en opinión de la trabajadora, «se tienen demasiados prejuicios, miedos y una idea equivocada». «Es cierto que hay problemas de venta de droga, pero la realidad de esta zona es todavía desconocida. Los habitantes solo quieren tener una vida digna y conseguir logros, como el suministro eléctrico», asegura.
Los niños, como suele ocurrir en demasiadas ocasiones, son quienes más sufren las consecuencias de esta decadencia. «En el sector 6 de la Cañada la situación es horrible. Pertenece íntegro a Villa de Vallecas y, allí, los niños tienen que andar demasiado para poder coger el autobús que les lleva al colegio» . A pesar de ello, la trabajadora social asegura que se están dando pasos importantes. «Necesitamos mejorar la imagen del barrio y creo que lo conseguiremos».
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