«Marruecos no tenía el helicóptero necesario para el rescate»

Su testimonio tenía lugar en la localidad de Tasaout en un momento en el que se sabía que ya uno de los escaladores, Gustavo Virués , había muerto y que había otro, José Antonio Martínez , que se encontraba con una pierna rota. «No son capaces de extraerlo con la rapidez que se requiere» y «después de una semana allí está claro que necesita servicios urgentes hospitalarios y mientras no lo saquen no los va a tener». Poco después de realizar estas declaraciones moría también Martínez sin haber sido sacado del cañón. El superviviente es Juan Bolívar.

La expedición estaba integrada por nueve personas en total. Rengel y cinco más se separaron de los tres protagonistas del accidente y el miércoles dieron la voz de alarma a las autoridades de Marruecos y España al ver que no regresaban. Comenzaba entonces una verdadera odisea de cuatro días que no pensaban fuera acabar con dos de ellos muertos.

«Doce horas andando, de madrugada recorrer caminos de montaña durante cuatro horas. Atravesamos ríos de montaña y al día siguiente a primera hora llegar con los tres coches hasta cerca de Amezri, donde tuvimos que dejar dos vehículos y seguir con el todorreno, con capacidad para vadear ríos. Pero, lamentablemente, en uno de los vadeos se nos quedó. Al día siguiente nosotros mismos tuvimos que alquilar una forgoneta para llegar hasta aquí», relató.

Ellos mismos emprendieron entonces las tareas de rescate sin presencia de equipos especiales ni el personal adecuado, que seguía sin llegar a la zona. Cuatro de los compañeros «ascendieron a la parte alta del cañón, para tratar de localizarlos y extraerlos, cosa que no han podido porque es muy complejo», añadió. «Nos llamaron a la mañana siguiente diciendo que necesitaban una cuerda de al menos 200 metros». No solo no la tenían, sino que hubiera sido imposible sacar en del fondo a alguien que se encontraba herido, entiende Rengel.

«Veníamos a ascender un cañón que, según toda la bibliografía que habíamos leído al respecto, no tenía complicación. Era simplemente para inicados en montañismo. Pero al llegar aquí mis compañeros han encontrado algo distinto. Había mucho hielo y eso lo ha difultado hasta atraparlos dentro de él», señala Rengel al tiempo que advierte a aquellos que piensen en viajar próximamente al reino alauí.

«Si alguien viene a Marruecos, que lo prepare bien porque aquí todo se complica, el tiempo pasa lento. En la zona del Atlas, aunque las distancias parezcan cortas en el mapa, en tiempo hablamos de días. Nosotros hemos tardado tres. Y, obviamente, los medios que tiene Marruecos no son los que tiene España y para casos como estos es necesario que los países dejen aparte sus diferencias y colaboren para salvar a las personas que están en peligro», concluye Rengel.