VERANO
Cómo mantener alejado el mal olor en verano
En pleno verano el sol brilla con fuerza y su calor seca las plantas, derrite el asfalto… y puede desatar todo un infierno de malos olores. Evitarlos es fácil, sencillo y muy barato
ABC.es
El verano es sinónimo de calor y éste, de malos olores. Evitarlos pasa por una correcta higiene personal pero también por identificar que no tengamos algún desequilibrio o enfermedad que afecte a nuestro aroma corporal.
Así, el primer paso es asegurarnos de que no ... hemos contraído hongos en las axilas, pies o partes íntimas. Por ello, cualquier síntoma de dolor, irritación o picor debe encender nuestras alarmas y llevarnos a hacer una visita al médico cuanto antes, evitando caer en supuestos remedios caseros que puedan empeorar el problema aún más.
Una vez que nos hemos descartado que este no es nuestro problema, queda afrontar el resto de causas que provocan el mal olor: principalmente, las secreciones de bacterias corporales que se alimentan de los restos muertos de la piel y de los componentes del sudor —agua y sales—, y que consecuentemente, desprenden más secreciones cuando éste permanece demasiado tiempo sin ser retirado o no se limpia adecuadamente. Estas secreciones, unidas a los restos de descamación de la piel y a la suciedad exterior, pueden llegar a pudrirse, produciendo un olor muy desagradable.
Por ello, el primer paso para evitar el mal olor es utilizar ropas holgadas, que permitan correr el aire, y tejidos que transpiren, preferiblemente fibras naturales como el algodón 100%, el lino o el cáñamo. Además, es recomendable una correcta higiene. En este sentido, la Seguridad Social recomienda en su Guía Sanitaria «la ducha diaria con agua y jabón, especialmente en tiempo caluroso», prestando atención especial a las zonas donde el sudor más se acumula: «axilas, ingles, zona genital, pies y manos».
Si pese a seguir los pasos anteriores correctamente el mal olor permanece, existen algunos remedios fáciles y muy baratos. En el caso del olor de axilas, una solución es aplicar un poco de bicarbonato con un algodón, siempre que éstas estén bien secas. El bicarbonato absorberá el sudor y ayudará a mantener el área seca durante más tiempo.
Otra solución pasa por reducir la ingesta de alimentos que provocan mal olor en la sudoración, como las carnes rojas , los lácteos, el café, la cebolla, el ajo o las especias picantes.
Por otro lado, cabe recordar que en verano nos exponemos más de lo habitual al sol, lo que puede deteriorar nuestra piel, el órgano que impide el paso de los gérmenes a nuestro organismo. Para protegerla conviene aplicarse aloe vera, ya que además ayuda a contener la sudoración y, consecuentemente, el mal olor. En este sentido, la Academia Española de Dermatología y Venereología ha publicado una serie de recomendaciones , entre las que se incluye hidratar la piel adecuadamente utilizando cremas tanto en el rostro como en el resto del cuerpo.
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