¡Cuidado! No dormir puede matarte

Tras conocer la impactante noticia en ABC nos preguntamos si, en verdad, es posible morir, literalmente, de sueño. Para ello, hemos acudido al doctor Eduard Estivill, especialista Europeo en Medicina del Sueño y director de la Clínica del Sueño Estivill y que asegura a este periódico que, en efecto, se puede fallecer por esta causa y que, incluso, «una persona puede morir antes de sueño que de hambre o de sed». Sin embargo, informa el experto, para que esto sucediera, el sujeto en cuestión debería permanecer «un total de siete días sin dormir un solo minuto». «Los únicos estudios científicos realizados al respecto se han dado con animales de experimentación (ratones) que, tras permanecer cinco o seis días en continuo movimiento y sin dormir, experimentaron cambios metabólicos en su cerebro que a las 48 horas les llevaron a la muerte».

Y es que el descanso nocturno no debe nunca tomarse a la ligera. El sueño es, recalca Estivill, «un taller de reparación, restauración y memorización, pues durante la noche reparamos y restauramos todo lo que hemos gastado durante el día para poder utilizarlo de nuevo al día siguiente». ¿Cuántas horas deberemos dormir entonces para restaurar todo lo que gastamos? En opinión de Estivill, deberemos siempre tener en cuenta que las horas de sueño varían en función de la edad. «Un niño de cinco años, que se mueve mucho, debe dormir al menos 11 horas; el adolescente, 9; el adulto, 8 y el adulto mayor —a partir de los 65 años— tendrá suficiente con 6 horas».

Si no respetamos las tan necesarias horas de descanso, es posible que, como señala el especialista, «suframos cansancio, mal humor, perdida de la concentración, irritabilidad , lentitud de respuestas cognitivas... En definitiva, signos evidentes que nos hacen saber que que tenemos una falta de sueño problemática».

Es, por lo tanto, «totalmente cierto», dice Estivill, que algo como lo ocurrido a los tres aficionados asiáticos pueda suceder. De hecho, recuerda el doctor, «los nazis torturaban a los judíos impidiéndoles dormir y, en consecuencia, fallecían al cabo de unos días». Aunque, evidentemente, el caso de los ciudadanos chinos parece más que extremo, lo cierto es que existen no pocos problemas derivados de la falta de sueño. «Al no dormir el riesgo de accidente cardiovascular aumenta, así como la posibilidad de sufrir obesidad, baja inmunidad e innumerables efectos sobre el estado de ánimo». [Artículo: Dormir mal puede ser más grave de lo que se pensaba]

También, dice Estivill, la falta de sueño incrementa los riesgos de sufrir algún tipo de cáncer en un futuro ya que «nuestra inmunidad es menor y somos más susceptibles a sufrir la enfermedad». Respecto a los problemas cognitivos que no descansar lo suficiente puede generar, el doctor destaca la falta de memoria, concentración y, sobre todo, lentitud en la toma de decisiones, algo muy importante, recalca Estivill, «en profesiones de riesgo».

En este sentido, un reciente estudio de la Escuela de Medicina de la Universidad de Pensilvania , en Estados Unidos, mostró hace algunos meses una preocupante evidencia de que la pérdida crónica de sueño puede ser más grave de lo que se pensaba hasta ahora e incluso provocar daños físicos irreversibles y la pérdida de células cerebrales.

Utilizando un modelo de ratón de pérdida crónica de sueño, uno de los autores de este trabajo, Sigrid Veasey, observó que la vigilia prolongada está relacionada con lesión y pérdida de neuronas esenciales para el estado de alerta y la cognición óptima, las neuronas del 'locus coeruleus' o locus cerúleo (LC). «En general, siempre hemos asumido la plena recuperación de la cognición tras la pérdida de sueño a corto y largo plazo -dice Veasey-. Pero algunas de las investigaciones en humanos han demostrado que la capacidad de atención y otros aspectos de la cognición pueden no normalizarse incluso con tres días de recuperación del sueño, planteando la cuestión de un daño duradero en el cerebro». Si eres incapaz de dormir correctamente, presta atención a estos quince hábitos necesarios para dormir bien. [El artículo sigue aquí]