Multas de 72 euros por llegar tarde al colegio

Una escuela británica blinda la puntualidad sancionando a los padres que incumplan el horario estipulado de manera reiterada

Multas de 72 euros por llegar tarde al colegio isabel permuy

ana mellado

La carpeta de los deberes no aparece, la falda del uniforme está sin planchar y la lluvia colapsa la carretera de camino a la escuela. Hay días en los que parece que el cúmulo de infortunios se encadena con el fin de hacernos llegar ... tarde.

En la mayoría de los colegios europeos, si un alumno no es puntual y accede al aula una vez comenzada la lección se considera una falta leve que tratará de enmendarse por respeto al profesor y al resto de estudiantes. En el caso de que se reitere, enviarán una nota informativa a casa o como mucho le obligarán a recuperar ese tiempo. En Reino Unido, el país de la puntualidad por excelencia, varias escuelas han decidido emprender medidas más extremas para que los padres se planteen adelantar sus despertadores y procuren no retrasarse.

El colegio Emerson Valley en Milton Keynes, al noroeste de Londres, impone sanciones económicas de 60 libras (72 euros) si los niños llegan hasta diez veces tarde en un trimestre. Los padres disponen de 21 días para pagar la multa y en caso de impago el importe se duplica a 120 libras (144 euros), que deberá ser abonado en el plazo de 28 días. Si se niegan a hacer frente a la sanción, el siguiente paso tendrá lugar en los juzgados.

Según la dirección del centro, la medida resulta fundamental para obtener unos buenos resultados académicos y aumentar los estándares en el centro escolar, muy vinculados a estar en clase a la hora fijada.

«Durante la última inspección de Ofsted (departamento del Gobierno que vela por el funcionamiento del sistema educativo) se señaló que las estrategias para mejorar la asistencia y puntualidad se han traducido en un aumento significativo de la proporción de alumnos que vienen a la escuela a tiempo», expusieron en un comunicado.

Al final del semestre de otoño de 2013, 353 alumnos de Emerson Valley School recibieron certificados de 100% de puntualidad, algo que desde el centro contemplan como una gran mejora respecto a años anteriores, que se ha logrado gracias a la estrecha colaboración entre el centro y las familias.

Aunque ésta es la tercera escuela en Reino Unido que ha decidido primar la puntualidad como un aspecto fundamental del aprendizaje, la medida ha suscitado un enconado en el debate. «Debe haber medidas para procurar la puntualidad. Pero, si tienes como es nuestro caso, niños en diferentes escuelas, debes sortear un montón de problemas logísticos y las posibilidades de que algo vaya mal siempre están presentes», comentó Georgina Hodgkinson, una madre de tres hijos, en declaraciones a la BBC.

«Esperemos que los padres de Milton Keynes estén reservando ya dinero para los días lluviosos», comenta con sorna el columnista, Patrick Fagan, en el diario The Guardian.

Las autoridades de Milton Keynes se han desvinculado de la controversia afirmando que poner multas es algo que está contemplado por la ley, pero que la decisión de aplicar la medida depende de cada escuela.

Multa por unas vacaciones a mitad de curso

La firmeza con la que los centros británicos comienzan a afrontar la educación no sólo contempla la puntualidad, sino también la asistencia. Una pareja que eximió a sus tres hijos de seis días de clase para disfrutar de unas vacaciones en la isla griega de Rodas en pleno calendario lectivo ha acabado en los tribunales por negarse a pagar una multa inicial de 360 libras (432 euros).

«En cinco años no hemos podido viajar durante las vacaciones escolares porque mi mujer y yo no hemos conseguido cuadrar los días. Necesitábamos desesperadamente ese viaje y pasar tiempo juntos. No es una cuestión de que no quiera pagar la multa, simplemente me parece absurdo», comentó el padre de familia, Stewart Sutherland, que trabaja en el Ministerio de Defensa.

Ahora esta escapada, podría costar a la familia hasta 2.000 libras y una pena de prisión de tres meses. De nuevo, la medida ha sido calificada tanto por el padre como por la opinión pública de absurda, desmesurada e ineficaz.

«Estamos siendo multados porque trabajamos a tiempo completo y porque somos lo suficientemente honestos como para decirle a la escuela la verdad sobre las vacaciones, en lugar de simplemente alegar que los niños estaban enfermos. He oído que algunos profesores recomiendan a los padres que digan que los niños están malos para evitar las multas. ¿Eso les enseñan? ¿A mentir y hacer trampa?», declaró un furioso Sutherland.

De nuevo la visión de la familia, que buscaba un tiempo de esparcimiento, colisiona con las posturas gubernamentales y las rígidas cifras. «El absentismo escolar puede tener un efecto muy perjudicial. Los niños que asisten a la escuela regularmente presentan casi cuatro veces más probabilidades de alcanzar buenas notas en GCSE (Certificado General de Educación Secundaria) que aquellos que faltan reiteradamente», alegó un portavoz del Departamento de Educación.

Multas de 72 euros por llegar tarde al colegio

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