Gunter Pauli: «El problema del joven sin trabajo es la falta de sueños y de gusto por el riesgo»

-En España más de la mitad de los jóvenes no hallan empleo. ¿Tiene usted alguna receta para este sector de la población tan desorientado?

-Nos hemos convertido en analistas de problemas, pero nos falta identificar la cartera de oportunidades. Si siempre nos movemos en un ambiente de bombardeo a los jóvenes con problemas, no van a salir del atolladero, porque en ese ambiente no les surge fantasía, ni imaginación, ni visión, ni nada. Mi propuesta principal es que tenemos que desarrollar una cartera de oportunidades. Y que la gente joven tenga la oportunidad de escuchar, de ver casos concretos positivos. Empaparse de experiencias en las que otros, en situaciones aún más complicadas, han salido adelante. Yo puedo mostrar no uno o dos casos, sino decenas y decenas de casos concretos, de cómo se sale adelante.

-Imagínese que un joven graduado español se presenta ante usted y le dice que está desesperado, que lo ha intentado todo y no ha conseguido nada. ¿Qué le contestaría?

-Le preguntaría: ‘¿Dónde le duele? ¿Qué le duele?’ Si se indentifica lo que nos duele, dónde está realmente lo que nos complica la vida, es posible hallar soluciones. Cuando alguien dice: ‘Tengo formación pero no encuentro trabajo’, ese no es el problema. El problema es realmente el sueño que perdió ese joven, y antes el niño. Lo que duele es que en cierto momento de su vida tenía un sueño, tenía una visión, tenía una esperanza. ¿Qué pasó con eso? Se perdió. Hay que reunir lo que yo llamo la red de dolores, que es la base sobre la cual encontramos las soluciones.

-Hablando de sueños. Anteayer, nuestro ministro de Educación sostuvo que no había que estudiar lo que gustara, sino lo que la sociedad necesite. Lo hizo en el contexto de ajuste entre la oferta y la demanda. ¿Qué le parece?

-Yo soy un producto de Antoine de Saint-Exupéry. Si queremos enseñar a un joven cómo hacer un velero, no le enseñamos en primer lugar la técnica de la construcción del velero. Le hablamos de los grandes viajes que emprenderá, de las diferentes culturas que conocerá, de los desafíos que superará. Así terminará construyéndose el mejor velero. En este mundo materialista que tenemos hoy en día, donde todo el mundo está confrontando con una realidad dura, desagradable, necesitamos imaginación. Sin imaginación, no es posible salir de la crisis. Y luego hay que pasar de la imaginación a la visión, y de la visión a la ciencia y al riesgo. Nos falta el gusto del riesgo. Hoy en día todo tiene que ser seguro, por eso hacemos planes de negocio a cinco años, por eso tenemos la auditoría de una nueva tecnología, etc. Pero cuando la crisis es tan profunda, como ahora, de manera que uno de cada dos jóvenes no tiene trabajo, si no se parte del deseo de asumir un riesgo, no se sale adelante.

-¿Qué quiere decir cuando habla de ‘jóvenes de corazón’?

-Yo tengo 56 años. Pero soy joven de corazón. No olvidemos que para un niño de cinco o seis años, todo es realidad, incluso su fantasía. A eso voy cuando hablo de ‘joven de corazón’. Es la capacidad de mantener viva la imaginación y procurar realizarla.