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En cuarentena

Calmar la sed

El quedarnos en casa para salvar al prójimo ha supuesto también ayunar de amigos, de reuniones, de cañas en el bar, de celebraciones varias, y de una Semana Santa sin procesiones

Virgen de las Aguas de la Hermandad del Museo Raúl Doblado
Alejandra Navarro González de la Higuera

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En polvo nos hemos de convertir cuando llegue nuestra hora. En polvo ceniciento, humilde y sucio. Tan gris como la vida, que se nos ha pasado en un suspiro en este último año de Cuaresma constante. Han sido tantos los días de lágrimas, de impotencia ... e incertidumbre, de lamentos por la muerte de amigos y familiares, de soledad sin manos. Jornadas de penitencia y abstinencia, porque el quedarnos en casa para salvar al prójimo ha supuesto también ayunar de amigos, de reuniones, de cañas en el bar, de celebraciones varias, y de una Semana Santa sin procesiones.

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