Cien años del luto de la Macarena que pasó a la historia de la Semana Santa de Sevilla

Tras llegar los restos mortales del torero a Sevilla el 19 de mayo y ser enterrado bajo multitudes, el día 20 tuvo lugar una misa en San Gil pagada por personalidades del mundo taurino. El día 21, se celebraron en la Catedral de Sevilla las honras fúnebres en memoria de Joselito con una de las ceremonias más suntuosas que se recuerdan en la Seo. Este hecho provocó las protestas de algunos estamentos de la ciudad teniendo frente a ellos al canónigo Muñoz y Pabón que defendió estos actos por escrito mediante varios artículos publicados en El Correo de Andalucía. El pueblo, como agradecimiento, le regaló una pluma de oro como suscripción popular y este se la ofrendo a la Macarena. En la noche del 26, Ojeda regresaba del Rocío con la hermandad de Triana y el 31 creó un gran catafalco sobre el paso de la Macarena con la Esperanza presidiendo de negro riguroso. El fotógrafo Ángel Montes fue el encargado de inmortalizar a la imagen en una fotografía para la historia. Estampas que se difundieron rápidamente y que han creado el icono que actualmente provoca esta imagen.

La Macarena, vestida de luto por la muerte de Joselito, aquí vestido de nazareno con su túnica / ABC

El 16 de mayo de 1920, el toro «Bailaor» le quitó la vida con solo veinticinco primaveras en la plaza de toros de Talavera de la Reina , elevando el mito que aún sigue siendo cien años después. Pero, su impulso popular también se vio reflejado en una hermandad de la Macarena que vivía el auge del regionalismo, las artes y las costumbres de la época.

José Gómez Ortega fue el impulsor y gran benefactor, junto a  Juan Manuel Rodríguez Ojeda,  del enriquecimiento del patrimonio artístico de la hermandad de la Madrugada en las primeras décadas del siglo XX. A él se debe  uno de las joyas más icónicas  de la Virgen de la Esperanza,  las «mariquillas» , que Gallito adquirió en París y regaló a la imagen de su devoción. Gracias a estos incentivos, la Semana Santa de España ganó un estilo de creación que fue imitado en todo el territorio nacional.

Juan Manuel Rodríguez Ojeda.

Su relación con Ojeda, el gran creador de la Semana Santa contemporánea de la mano de la revolución aplicada en la corporación de San Gil, le valió para impulsar todos los proyectos que Ojeda tenía en mente como el gran mecenas de la Macarena.

Y es que Gallito no se entendería sin la Macarena y la Macarena no se entendería sin Gallito.  Una historia indisoluble que culminó en aquel mayo de 1920 con la Virgen de la Esperanza vestida de luto por su muerte , dejando una estampa imborrable y universal para la historia de la ciudad.

Quince días después, el  31 de mayo de 1920, la Esperanza Macarena vistió el luto más impactante que se recuerda en una dolorosa en toda la historia de la ciudad. Luto por la muerte de un torero que se marchó en un ruedo hace 100 años.

La Macarena, vestida de luto por la muerte de Joselito el gallo / Ángel Montes