El renacer de la hermandad del Santo Entierro de Sevilla

A la entrada se apilan ya los cirios para los próximos cultos. Se inicia un recorrido guiado por las dependencias levantadas en la posguerra sobre el antiguo noviciado jesuítico. La hermandad ocupa en parte las estancias del convento mercedario cuya reducida comunidad habita en la planta superior. De hecho, José Joaquín Fijo y Almudena Fernández han trabajado para la recuperación del Señor en la celda dormitorio del que fue prior mercedario.

Esta noche se espera buen ambiente: a los chavales de un recientemente creado grupo joven se va a sumar el equipo de priostía -que ya está con los preparativos del Vía Crucis-, la reunión de los romanos y la primera igualá de costaleros. Fermín Vázquez lo tiene muy claro: «Los hermanos nuevos han llegado porque estamos aquí con la hermandad abierta al menos lunes y jueves. Se ha hecho un llamamiento a través de la redes y una importante labor de proselitismo para que acudan. Luego se les da responsabilidades y eso es hacer equipo». La corporación está a punto de llegar a los mil hermanos después de haber puesto al corriente el listado de aquellos que no abonaban sus cuotas y que tampoco habían expresado su intención de hacerlo o manifestado algún problema para ponerse al día. Ahora existe un listado real.

«La hermandad ha cambiado mucho», añade el hermano mayor. Llegan muchos hermanos nuevos y jóvenes «que lo que dicen a sus padres es que quieren salir en el paso de la Canina. Y ahí van». Algo habrán tenido que ver los pregones imposibles. El perfil de nuevos miembros es muy variado: llegan del Centro pero también de numerosos barrios limítrofes de la ciudad y provincia. «Un hecho constatable del incremento es que antes se hacía una única jura el Martes Santo y ahora se hacen otras dos coincidiendo con el triduo y el quinario», aclara Vázquez.

El recorrido por la casa hermandad se inicia en la biblioteca de los mercedarios, que aún conserva ejemplares de lo más variopintos. «Ya sólo quedan dos frailes pero la verdad es que es una seguridad para la hermandad y el templo el que estén aquí y vivan en el mismo edificio, vigilantes».

Pasando por el coro se llega a otra sala donde se guardan los ropajes del paso del duelo y las dalmáticas de los acólitos. Son estancias, que como el patio de una típica casa andaluza, se reparten a lo largo y ancho de toda la parte alta de la capilla.

En otra sala al fondo, los ropajes y pecherines de los romanos. Siempre se dijo que procedían de Cinecittà aunque no presentan ninguna identificación que así lo demuestre. En este punto el hermano mayor hace otro anuncio importante. «Ahora lo que queremos es aumentar el número de integrantes de la decuria porque hay gente joven que quiere participar». La hermandad ya está buscando la forma de reproducir las armaduras, cascos y correajes con la intención de doblar el número de integrantes en este mismo Sábado Santo, pasando de quince a treinta componentes. Vázquez recuerda cómo a mediados del siglo pasado llegaron a salir hasta componentes a caballo, los equites, aunque por el momento no hay intención de recuperarlos.

Ya en la parte baja se distribuyen los distintos despachos de la mayordomía, la secretaría y otros almacenes de la priostía. Los tres pasos se hallan en un almacén contiguo a la capilla que ya en Cuaresma se revestirá y cambiará por completo de aspecto para acoger el tan esperado y sobrecogedor besapié del Señor Yacente. La Canina sobre su paso. «La intención es buscarle ahora una ubicación en el templo, tal como ya ocurrió en el Congreso Internacional de Hermandades. Al fin y al cabo la Santa Cruz es titular de la corporación», recuerda el hermano mayor.

El equipo de priostía se encuentra ya esta noche preparándolo todo. Fermín Vázquez recuerda como «ya llevamos bastante tiempo insistiendo en la posibilidad de que se nos diera una segunda oportunidad, tal como ya ocurrió con Lls Gitanos, para que el Señor Yacente pudiera presidir el Vía Crucis de las hermandades, ya que en 1986 no lo pudo hacer por la lluvia». El año 2024 ya se vio la posibilidad y este «a base de insistir… ha llegado». Para ello la hermandad suspende su Vía Crucis habitual que lleva a cabo cada segundo domingo de Cuaresma por la feligresía.

El Yacente irá sobre sobre las andas del Señor Atado a la Columna cedidas por la hermandad de las Cigarreras. Los priostes, Manuel González Romero y Enrique Esquivias Domínguez, ya andan afanados en su diseño. En esta misma tarde han traído unos faroles cedidos por el Cristo de Burgos y otros del Calvario para comprobar cuáles pueden quedar mejor.

Fermín Vázquez bromea y agradece la entrega de Esquivias diciendo que «él es como una imagen secundaria del paso. Está aquí todo el día trabajando». El ambiente de esta noche lo va a completar un encuentro de los romanos y la primera igualá de costaleros; que por las circunstancias del acto serán los únicos que porten hasta la Catedral al Cristo Yacente el primer lunes de Cuaresma.