Día 1 de la Esperanza de Triana en el Polígono Sur: desayunos a los necesitados, misa y nostalgia por el reencuentro
Reportaje
Los vecinos del barrio se muestran exultantes por acoger durante una semana a la Virgen antes de ser trasladada de nuevo: «El 80 por ciento de Las Letanías somos de Triana»
La Esperanza rompió la frontera invisible de Sevilla
Sevilla
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónUn refresco muy conocido en el Polígono Sur cuesta no más de setenta céntimos. El precio de la misma botella, del mismo tamaño y de la misma marca en muchos de los barrios de Sevilla y casi en cualquier otra ciudad, asciende a casi ... dos euros, esto es, casi el triple. Esta es una de las interesantes verdades que se desprenden de la realidad social que se respira en las calles de Las Letanías, una de las seis barriadas que ofrece desde el pasado sábado refugio a la Esperanza de Triana en el inicio de su misión en el Polígono Sur. Lo que allí se vivió este domingo fue una mezcla entre la emoción del reencuentro, la misa de 12.00 en la parroquia San Pío X presida por don Salvador Diánez, con la Virgen aún en sus andas y los desayunos servidos a quienes más lo necesitan.
Culto, formación y caridad. Los tres pilares sobre los que se cimenta cualquier hermandad los cumple de forma sobresaliente la Esperanza de Triana este domingo 5 de octubre, el primer día de la Esperanza tras su multitudinario traslado ayer desde Santa Ana, allí en el viejo arrabal. Con ella no sólo llegaron vecinos de cualquier tiempo de Triana, sino también personas de muchos barrios y puntos de la provincia. Nadie quiso faltar a la cita con la Virgen en el Polígono Sur, ninguno de los nombres propios de las seis barriadas que la llevan esperando, aunque sea metafóricamente, al menos desde la gradual transformación y expropiación de aquellos corrales arrabaleros.
Mariano González es uno de los parroquianos de San Pío X. Se ha dedicado toda su vida a ser comercial en Sevilla, y pese a que suma 86 primaveras a su carné, admite no pesarle nada levantarse temprano todos los fines de semana para acudir fielmente al templo porque su labor, aunque no lo diga, es verdaderamente esencial. Él es uno de los que sirve con sus manos desayunos —gracias a la parroquia y la hermandad— a quienes no tienen nada para comer a primer hora. Son además los mismos que se ven obligados a vivir en la mendicidad junto al centro de salud y el centro de Servicios Sociales, que está prácticamente pegado a la puerta por la que ayer atravesó la Virgen. Una realidad que por más que pueda parecer incómoda no conviene ignorar.
Del barrio León a Las Letanías
«Yo nací en el Cerro, pero de pequeño a mi madre, con diez hijos, le dieron una casa en el barrio León», cuenta este colaborador parroquial mientras ve la exposición fotográfica que la corporación ha organizado desde este domingo en las dependencias de la iglesia. De ahí pasó a San Pablo y lleva casi medio siglo viviendo en Las Letanías, ahí es nada: «El 80 por ciento de los vecinos de Las Letanías son de Triana», especifica. «Son de los corrales o de la calle Castilla. Se buscaron la vida donde pudieron». Él se confiesa macareno, pero no es ajeno al poder arrollador que atrae la dolorosa de Pureza. Es preguntarle por ella y sucumbir a la emoción: «Esta misión es muy buena para el Polígono Sur. Por cierto, yo iba vestido de nazareno andando de Triana hasta la Macarena. Y quedaba con muchos amigos antes en el Altozano. Uno de ellos era Enrique el de las pavías», rememora.
«Que pase ya por casa»
A falta de algunos minutos para que arranque la primera misa matinal en presencia de la Esperanza en el Polígono Sur, con la lectura del Santo Rosario a cargo de Francisco Javier Fernández, es variado el trasiego de devotos que aparece por la parroquia. Antonia Cepeda y Dolores Fernández, dos amigas que tienen anclas por corazones, y que viven en el barrio de La Oliva coinciden, con sus hijas y sus andadores, a las puertas del templo. Ellas son muy cercanas a la parroquia de Jesús Obrero, tanto que están clamando por que estos días pasen incluso más rápido de la cuenta para tenerla más cerca. Nada les impide pese a todo que se trasladen, pese a sus circunstancias, a San Pío X, primera etapa de la Virgen peregrina.
La hija de Antonia afirma que las dos siguieron a la Esperanza el sábado desde Santa Ana en las más de nueve horas que duró el traslado. «No se lo quería perder por nada del mundo», sostiene. «Yo estoy delicadita ya», refrenda ella, antes de irse y pedir un último deseo: que la Virgen pase «ya» por su casa. Y Dolores hace un remiendo con los 48 años que lleva viviendo en el Polígono Sur y corta hasta la entrevista: «Bueno venga, que me voy a verla».
«Vellos de punta» por lo vivido ayer en La Oliva
Daniel Otero es hermano de la Esperanza de Triana, miembro de junta y uno de los impulsores en la comisiones preparativas para que todo salga de la mejor forma todo este mes. «La Virgen es el motor; es lo que va mover a la población de aquí y a Sevilla en sí. Pero aprovechando ese tirón queremos darle una visión social: formación y evangelización, que es el pilar». Abunda Otero en la importancia de la coordinación en los desayunos que allí se ofrecen, y darle espacio a los hermanos en estos templos tan distintos a la capilla de los Marineros. «En la otra parroquia (Jesús Obrero) tenemos unas escuelas deportivas por la tarde y charlas de psicología», enumera.
🟢 Horario de las celebraciones litúrgicas y actos a celebrar en Parroquia de San Pío X
— Esperanza de Triana (@EspDeTriana) October 5, 2025
(C/ Madre de Misericordia, 3. Sevilla) durante La Misión de la Esperanza
➡️ HORARIO DE APERTURA DEL TEMPLO
10:00h – 14:00h
17:00h – 22:00h
➡️ MISAS
•Laborables: 12:00h y 20:00h.… pic.twitter.com/IadcJaqGbC
Espera del mismo modo Otero que lo que se siembre hoy no sea pan para hoy y hambre para mañana. «Con lo que se vivió ayer, ya hemos ganado muchísimo, porque se veían las caras, la gente en los balcones... con eso creo que la misión ya ha tenido su primer fruto», desliza. Para él, acceder a La Oliva fue algo así como saltar una especie de muralla colosal: «Ese momento, con todo el mundo, se me ponen los vellos de punta recordar las caras de la gente, y cómo cada uno expresaba a su manera», señala.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete