Editan las crónicas africanas de Pedro Antonio de Alarcón, primer reportero de guerra
Las crónicas de guerra del escritor granadino están marcadas por un marcado carácter romántico, pero tuvieron un enorme éxito en su época
SEVILLA. La figura de los reporteros de guerra es muy usual en nuestros días pero no era tan frecuente la España del siglo XIX. La profesora María del Pilar Palomo ha preparado una edición crítica de «Diario de un testigo de la guerra de África» ( ... Fundación José Manuel Lara), obra publicada por entregas entre los años 1859 y 1860 por Pedro Antonio de Alarcón, pionero en el mundo de los corresponsales de guerra en España.
Estas crónicas periodísticas reflejan la guerra entre España y el sultán de Marruecos en las montañas del Rif, que acabó con la toma de Tetuán por parte de las tropas españolas, mandadas por el general O´Donell. En dicha guerra aparecieron varios corresponsales de guerra además de Alarcón, como Núñez de Arce. La obra del escritor granadino tuvo tanto éxito que Pedro Antonio de Alarcón ganó el suficiente dinero para irse por una temporada a Italia.
El interés que posee estas crónicas, encuadrada en la colección de «Clásicos andaluces» de la Fundación José Manuel Lara, es que la profesora Palomo ha realizado un trabajo crítico de la edición original, ya que normalmente se publica la versión revisada por el propio autor, perdiéndose el valor testimonial de la misma. Además, se han reproducido los 130 grabados originales de la época.
Crónicas románticas
Para la profesora María del Mar Palomo, en estas crónicas Pedro Antonio de Alarcón «es un autor romántico, apareciendo posteriormente su estilo realista y costumbrista en obras tan populares como «El sombrero de tres picos»». El escritor de «El escándalo» tenía por entonces 27 años y la obra que realizó era «enfática y patriotera». De hecho, Alarcón había escrito previamente una sola novela, «El final de Norma», en clave romántica.
El interés que poseen estas crónicas para un lector actual radica en que con esta obra se inauguró el periodismo de guerra en España: «Son las crónicas de un testigo que estuvo en África, aunque exagere y sea patriotero», dice Palomo. Por todo ello recomienda que «no se lea entero este libro, pero hay trozos extraordinarios como la descripción de las batallas o las costumbres de los moros en Tetuán», concluye.
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