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Fibes, antes de Fibes
El 10 de abril de 1961 se inauguró la I Feria de Muestras Iberoamericana en los jardines de San Telmo, que andando el tiempo daría pie a la organizadora de certámenes y exposiciones actual

Fibes no nació en lo que entonces se llamaba Polígono Aeropuerto y luego mudó de piel para convertirse en Sevilla Este. Ni siquiera en los bajos del paseo Marqués del Contadero, a finales de los años 70 del pasado siglo. Nació en los jardines ... de San Telmo, hoy tan descuidados y con caracolas que llevan media vida allí un día como ayer, 10 de abril, del año 1961.
El cardenal Bueno Monreal bendijo las instalaciones y el teniente general González Gallarza declaró inaugurada la I Feria de Muestras Iberoamericana en representación del Jefe del Estado, en cuyo nombre se hacía todo en España por aquellas fechas. Franco no vino, pero a su mujer, Carmen Polo, le debió de gustar tanto que la visitó dos veces.
Fibes no es más que el acrónimo de Feria Iberoamericana de Sevilla que acabó por comerse a la Feria de Nacional y Oficial de Muestras que se había celebrado entre 1958 y 1960 con la esperanza de alcanzar algún día rango internacional. Este se lo concedió el Gobierno, de quien dependía todo entonces, para 1961 ahondando en la huella que había dejado la Exposición Iberoamericana de 1929 y el indudable legado histórico de Sevilla como puerta de las Indias.
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Andando el tiempo, la Feria Iberoamericana de Muestras hizo las delicias de no pocos chavales sevillanos nacidos en la década de los 60 que se comieron su primer flan chino Mandarín o se tomaron su primer Cola-Cao con el correspondiente gorro de cartón en la cabeza, degustaron las yemas ecijanas, descubrieron la mayonesa en bote con la Y de Ybarra y se encariñaron de su primer pollito amarillo en aquel edén de la abundancia que era la feria comercial y mercantil, hermana menor de la Feria de Abril, nacida a su vez como hijuela de la feria de ganado del siglo XIX.

En la I Feria de Muestras Iberoamericana, los productos eran menos apetitosos, sobre todo para los niños: todoterrenos Jeep, furgonetas Alfa-Romeo, paneles modulares Táblex, cocinas de gas butano Bru, máquinas de coser Alfa y todo tipo de bienes de equipo relacionados con la agroindustria: cosechadoras, motocultores, tractores… con los que estaba llegando la mecanización al campo.
«Destacan sobremanera la exposición de maquinaria agrícola y el espléndido muestrario que de sus productos característicos presenta Jerez de la Frontera, así como la calle del olivar», resaltaba la crónica en ABC de la jornada inaugural. Y proseguía: «Fue muy detenida la visita a los pabellones del Perú y el Uruguay, ocupados por diferentes y acreditadas firmas nacionales, y a la admirable instalación del Instituto de Cultura Hispánica, en la que puede apreciarse el progreso que los países hispanoamericanos alcanzan en el aspecto cultural, técnico y científico». Philips organizaba veladas musicales en el teatro Lope de Vega y la ciudad presumía orgullosa de progreso y avances.
Aquel certamen se celebró del 10 al 30 de abril, superando ampliamente a la Feria de Abril, que se inauguró el 18 por la noche, como venía siendo costumbre, con la prueba del alumbrado. Al frente de su comité ejecutivo estaba José Juan González Reina, presidente a la sazón de la Cámara de Comercio; y Francisco Sánchez Apellániz, director técnico a quienes Sevilla les debe el reconocimiento de contar en la actualidad con Fibes, más allá del acrónimo.
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