El sector del cerdo blanco defiende tomar decisiones informadas sobre hábitos alimenticios

Lo ha hecho junto al director de la Cátedra Nutrición, Salud y Sector Agroalimentario del Centro de Estudios Marañón – Fundación Asaja, Antonio Escribano, y el catedrático de Nutrición y Bromatología de la Universidad de Murcia y decano de la Facultad de Veterinaria de Murcia, Gaspar Ros.

Para Herranz, cada decisión sobre alimentación es respetable pero aconseja que, antes de adoptarla, se escuche a los expertos porque son los que conocen cómo funciona nuestro cuerpo y ha remarcado que «cada uno puede tomar una decisión pero que tenga la información necesaria para ver las consecuencias» que le pueden acarrear.

Sin embargo, cree que actualmente «muchas» de esas decisiones se basen en aspectos «emocionales o ideológicos» y apuestan por dejar a un lado la proteína animal. Lo ve un error y ha puesto como ejemplo la importancia que la proteína animal ha tenido y tiene para el desarrollo cognitivo humano.

Frente a los mensajes sobre nutrición y alimentación que lanzan en redes sociales «muchos suscriptores convertidos en científicos», se encuentran otras fuentes, como la propia interprofesional, que informa «de la mano de científicos, de universidades y equipos de investigación» para «poder llevar a la sociedad esos hábitos de vida saludables».

El objetivo es que las «redes sociales no se conviertan en fuentes de 'fake news'» que «confunden al consumidor a la hora de elegir los alimentos».

Valores y propiedades de la carne de cerdo blanco

Por su parte, Antonio Escribano ha defendido el consumo de proteína animal dentro de una dieta equilibrada porque esta proteína tiene «un alto valor biológico» con «todos los aminoácidos necesarios para el hombre y que no puede obtener» de otra fuente.

Para Escribano, cuando una persona decide no comer proteína animal «por esnobismo, moda o por bienestar animal están cometiendo un error y están firmando un pagaré que algún día le pasará factura al organismo». Ha lamentado que se excluyan alimentos por «ideología, cuando la alimentación es bioquímica».

También ha criticado a los «influencers» que «dicen originalidades» sobre alimentación y nutrición cuando «la partitura de la comida sana sabemos cuál es» y se basa en una dieta equilibrada y en el «sentido común».

«Hay falta de sentido común. La gente no tiene criterio y le encanta la novedad: ahora viene el ayuno intermitente o luego un alimento raro que alguien quiere vender como súper alimento y, sin embargo, demonizamos cosas de todos los días», ha subrayado.

Proteína a lo largo del día, sin atracones

El catedrático de Nutrición y Bromatología de la Universidad de Murcia, Gaspar Ros, ha incidido también en ese volumen de información «muy diversa» y «no suficientemente contrastada científicamente» que «nos lleva a dietas milagro» de las que «al final nuestro cuerpo se resiente».

En línea con Escribano, cree que son mensajes «simplistas» que buscan hacer «mágicos a algunos alimentos o hacerlos perversos y demoníacos». «Lo importante», ha defendido, es «seguir nuestras pautas como omnívoros», es decir, «comer de todo en la cantidad adecuada».

Para Ros, la proteína debe suministrarse de forma «distribuida a lo largo de todo el día, sin atracones» y ha puesto el foco en la proteína animal por los aminoácidos que contiene, especialmente la del cerdo blanco. Precisamente sobre la carne de cerdo blanco, ha valorado su «perfil de ácidos grasos muy equilibrados» y que son «adecuados para el sistema cardiovascular».

Estos expertos han incidido en los elevados niveles de sobrepeso en la sociedad actual y han defendido la necesidad de acudir a los expertos a la hora de atajar este problema.

Finalmente, los tres han hecho una defensa curiosa del bocadillo de jamón: Alberto Herranz ha sentenciado que «si no te comes uno, no tienes perdón»; para Antonio Escribano es un alimento «muy completo» porque a «lo bueno del jamón se le suman los carbohidratos del pan»; y Gaspar Ros ha sentenciando que cualquier abuela lo recomendaría echándole un poco de «tomate rallado y aceite de oliva».