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Bronquiolitis: síntomas y cuándo hay que ir a urgencias

Es más frecuente en los niños menores de 2 años, especialmente en los menores de 6 meses

El virus respiratorio sincitial, el gran desconocido detrás de la mayoría de las bronquiolitis y neumonías en bebés

La bronquiolitis es más frecuente en los niños menores de 2 años. ADOBE STOCK

L. G.

La bronquiolitis es una infección respiratoria de origen vírico en la que se ven obstruidos los bronquiolos, las vías respiratorias más finas, impidiendo la entrada de aire a los pulmones. Es más frecuente en los niños más pequeños, menores de 2 años, especialmente en los menores de 6 meses.

El virus respiratorio sincitial (VRS) es el principal responsable de esta infección, que en nuestro país es propio de los meses fríos, entre noviembre y marzo. A diferencia de la bronquitis, que afecta de diferente causa -infecciosa, alérgica- afecta a la parte «mas grande» de los bronquios, la bronquiolitis afecta a la parte mas distal y mas pequeña del árbol bronquial.

¿Cuáles son los síntomas?

La mayoría de las bronquiolitis son leves y cursan como un catarro o resfriado que se resuelve en pocos días, tal y como señala la AEPED. Otras veces, cuando el niño lleva 3-4 días con mocos y tos, comienza con dificultad para respirar y «pitos» en el pecho. También puede tener febrícula o fiebre, menos apetito, vómitos con mucosidad o dificultad para comer.

La bronquiolitis puede ser una enfermedad grave en prematuros, en lactantes menores de 3 meses y en niños con problemas cardíacos, respiratorios, musculares o del sistema inmune (alteración en las defensas).

Para su diagnóstico, sin embargo, no hace falta ningún tipo de análisis ya que se diagnostica por los síntoma.

Tratamiento

En la mayoría de los casos, la bronquiolitis se pasa en casa en unos 7-10 días, aunque la tos puede durar algo más, y el tratamiento, como en casi todas las infecciones víricas, es sintomático, ya que no hay un medicamento que lo cure como tal.

En este sentido, ayuda a aliviar los síntomas realizar lavados de nariz; colocar al bebé en posición semi-incorporada, elevando el cabecero para ayudar a que respire mejor; ofrecer menos cantidad de comida y con más frecuencia en el caso de que disminuya su apetito, ya que la dificultad para respirar puede hacer que se canse con las tomas y, en el caso de fiebre, evitar sobreabrigar al niño y administrarle paracetamol o el ibuprofeno (este último solo si el niño es mayor de 3 meses).

La AEPED advierte de que no hay que suministrar en ningún caso antibióticos, ya que no sirven frente a los virus, ni son efectivos los jarabes para la tos, los mucolíticos o los corticoides. En resumen: no se deben emplear medicamentos que no haya prescrito su pediatra.

¿Cuándo hay que ir al hospital?

Hay que acudir al hospital cuando los síntomas empeoren. Esto es: si tiene dificultad para respirar adecuadamente, lo que se puede saber observando al niño y comprobando si se le marcan las costillas al respirar, se le hincha el abdomen, le suena mucho el pecho (tiene «pitos») y/o respira muy deprisa.

Igualmente hay que ir al médico si está pálido y/o los labios y uñas están azulados, si hace pausas de apnea (deja de respirar unos segundos), tiene «quejido» o está muy agitado; está decaído y no quiere comer o vomita con frecuencia o tiene fiebre alta difícil de controlar.

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