Las infecciones respiratorias que la mascarilla mantuvo a raya este invierno: gripe, bronquiolitis, laringitis...

Uno de los grandes temores del pasado otoño era que a la pandemia de Covid-19 se le uniera llegado el momento la epidemia anual de gripe. El miedo a un nuevo colapso sanitario y a la letalidad de una posible coinfección en algunos pacientes llevaron a España a adelantar y ampliar la campaña de vacunación de la gripe. El resultado es que a finales de enero, cuando tradicionalmente se alcanzaba el pico máximo de incidencia, solo se habían detectado un total de seis casos desde octubre .

El doctor José María Navarro, portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC) explicó entonces a ABC Salud que las medidas de higiene para contener el Covid-19 habían sido «fundamentales» en la baja incidencia este año de otros virus respiratorios. «El virus respiratorio sincitial (VRS), que afecta más a niños pequeños, también viene en epidemia, no tiene vacuna, y tampoco ha aparecido esta temporada», destacó el portavoz de SEIMC.

Unos meses antes, en diciembre, los pediatras ya nos contaban que el Covid no tenía especial incidencia en los colegios, y que el resto de virus respiratorios tampoco estaba provocando grandes problemas. « En consulta estamos viendo niños con problemas de tipo respiratorio bastante benignos en general», explicaba a ABC la doctora María García-Onieva, secretaria de la Asociación Española de Pediatría (Aep) y pediatra de Atención Primaria. Esta experta tenía la impresión de que este año estaban viendo menos niños con cuadros respiratorios «porque en cuanto empiezan con tos y mocos se quedan en casa, y eso evita que se infecten los unos a los otros». «También el hecho de que los niños y los adultos se protejan con el lavado de manos, distancia y las mascarillas evita que se extiendan los virus respiratorios », apuntaba.

A finales de mayo, nos topamos con un hecho insólito: las bronquiolitis volvieron tras un otoño e invierno más tranquilo para padres y pediatras. Tradicionalmente, su época del año favorita para colapsar urgencias era noviembre-diciembre, pero este año, en plena pandemia de Covid-19, no sucedió, al igual que pasó con la gripe. Sin embargo, en plena primavera, cuando ya nadie la esperaba, se produjo un repunte de los casos de esta y otras infecciones respiratorias como la laringitis, típica de octubre y noviembre.

«Este invierno no ha habido tos y mocos. Las gastroenteritis las hemos seguido viendo, aunque con menor incidencia, pero procesos respiratorios habían desaparecido y han vuelto a reaparecer. Es muy curioso», afirmaba la doctora Teresa Cenarro, pediatra de Atención Pimaria en Zaragoza y vicepresidenta de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap). En primavera, en las consultas de pediatría de atención primaria lo típico era encontrarse, cuenta, la enfermedad de boca, mano, pie; anginas por estreptococo, procesos febriles por adenovirus, megaloeritema o gastroenteritis.

Además de la mascarilla y otras medidas higiénicas, para explicar este fenómeno de virus respiratorios que este año han pasado más desapercibidos en invierno, los médicos también manejan la hipótesis del nicho ecológico , por el cual la alta transmisión de un nuevo virus desplaza a otros que pueden compartir nicho. «Desde que llegó el Covid, lo único que ha coexistido con él es el rinovirus (virus del catarro común) y ahora que baja la incidencia del coronavirus salen otros como bocavirus, parainfluenza o virus respiratorio sincitial, que causan bronquiolitis y laringitis», apuntaba a ABC la doctora Paula Vázquez, presidenta de la Sociedad Española de Urgencias de Pediatría, englobada dentro de la Asociación Española de Pediatría (AEP).

Aunque utilizar mascarillas bien ajustadas a la cara y llevarlas el máximo tiempo posible disminuye el riesgo de contagio de SARS-CoV-2, este virus sí mantuvo una alta incidencia este invierno. «El Covid está recién introducido en nuestra especie y su capacidad de transmisión es más alta que la que tiene la gripe y el VRS . Lo esperable es que con el tiempo se llegue a estabilizar en nuestra especie y acabe siendo estacional para poder manejarlo como hacemos con la gripe», señalaba el doctor Navarro.