Los españoles no solo viven para trabajar
«Sin duda, el ritmo de vida es más tranquilo y la gente no tiene prisa por ir a ningún sitio», comenta el primer entrevistado. «Se siente todo más relajado y equilibrado, y todo el mundo está siempre dispuesto a hacer cualquier cosa. La gente disfruta mucho más de su tiempo libre, no vive solo para trabajar», añade otra mujer. Pero luego no soportamos tener que esperar cuatro minutos al metro, o, efectivamente, nos cuesta una barbaridad encontrar tiempo a dedicar a casi cualquier asunto. Más allá de estos contraargumentos, seguramente absurdos por su naturaleza global y no exclusiva, es fácil pensar que las formas en que desde fuera se dibuja al ciudadano español son más bien vagas e ignoran la totalidad del cuadro, como si solo se señalase hacia el Sur o el Levante.
Otro de los entrevistados destaca, se deduce que de España en general, que «siempre está viva, siempre activa», a través del término busy. Dado que el vídeo apenas dura 46 segundos, las declaraciones mostradas quedan algo cortas. Una última chica menciona que «la cultura y la historia españolas son muy vibrantes», y que le encanta «todo», «la comida, la arquitectura, los museos, la gente. Todo».
De poco sirve plantear resistencia a los estereotipos —como si los españoles no acusáramos de ellos también—. Lo más profundo del hombre, ya lo dijo André Gide, es precisamente su superficie.
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