Mestalla acaba con la racha triunfal del Madrid

Salió el conjunto de Nuno sobreexcitado, acumulando faltas de amarilla y cartulinas como el que come pipas. Curioso que un equipo que juega tan bien al fútbol le planteara al Madrid un partido tan subterráneo. 13 faltas y cinco amonestaciones fueron los regustros del Valencia en 45 minutos. A cambio, de peligro real, nada de nada. Un palo de André Gomes en la prolongación, provocado por un mal disparo que rechazó en Pepe conduciendo el balón hacia la madera izquierda del Fondo Norte de Mestalla. Justo con el que se topó Neymar en la final de Copa de la pasada temporada. Casillas tiene enamorada a esa portería. Para su desgracia, la de la gradería sur no le «hizo ojitos» al mostoleño.

Mientras, el Madrid respondía al juego sucio valenciano con una dormidina. Kroos e Isco entendieron a la perfección que jugar a doscientos por hora en Mestalla no era el camino más adecuado para la victoria. A esa pausa merengue ayudó el regalo de Negredo, que cometió un inocente penalti al cortar un centro de Kroos con su antebrazo izquierdo. Cristiano, aguantando como nunca la decisión del para penaltis Alves, eligió el palo derecho del brasileño con atino. El luso adelantaba al Madrid al cuarto de hora de encuentro. Fue lo mejor del peor Ronaldo de la temporada.

Los de Ancelotti pudieron ampliar la distancia mediada la primera mitad si Gil Manzano hubiera sido valiente para señalar otra mano, esta vez de Mustafi, en un centro de Bale. El alemán tenía el brazo totalmente despegado de su cuerpo y aunque el pase del galés lo acabó rematando Cristiano, la infracción era transparente.

Tras el descanso, en la mejor decisión de Nuno, el Valencia bajó las revoluciones, se olvidó de la brusquedad y se dedicó a jugar al fútbol, que sabe hacerlo y bastante bien, por cierto. En los primeros veinte minutos de la reanudación salió en tromba y fruto de su buen hacer y de la empanada blanca, en modo Anoeta, le dio la vuelta al marcador con un gol de Barragán y otro de Otamendi, colgado del cielo para rematar un saque de esquina de Parejo. Vaya golazo del argentino.

Entre medias de ambos tantos, Bale se ganó algo más que una colleja y una sustitución. Una cabalgada del galés, con Benzema y Cristiano acompañándole para ser asistidos y empujar el balón a la red, la finalizó Gareth de manera individualista con un punterazo flojito y en semifallo. Era el 1-2. Pero no lo fue.

Jesé, Khedira y Chicharrito le dieron otro brío al Madrid en el rush final del partido, pero un gran Alves y un Otamendi inconmensurable aguantaron el tipo de un Valencia muy fatigado que, a diferencia del choque ante el Barça, tuvo la suerte necesaria para llevarse el merecido premio de los tres puntos. Esos que se dejó el Madrid en Mestalla. No suena mal perder un partido cada 23 disputados pero la baja de Modric, un banquillo limitad0 y la falta de gasolina sí es que preocupante cuando aún estamos comenzando enero.