Sergio Ramos vive «el mejor año» de una carrera estelar

Ayer decidió la final del Mundial. Anotó su quinto gol decisivo de cabeza en un año inigualable para un hombre que lo ha ganado todo en su carrera. «Es el mejor año de mi carrera, sin duda», indicaba el sevillano, campeón del mundo y de dos Eurocopas con España. Ayer volvió a ser decisivo con otro testarazo especial. Ramos posee arte en el desmarque. Potencia en el cabezazo. Fuerza de nueve clásico. Espíritu goleador.

Los técnicos siempre han manifestado que Ramos es mucho más que un central. Saca el balón desde atrás con criterio, organiza, coloca, tiene visión de juego, da pases largos excelentes, posee un magnífico disparo y es un espléndido rematador aéreo. La valoración técnica del sevillano es la siguiente: «Un centrocampista situado en la defensa para tener otro director» del fútbol del Madrid. El propio Sergio afirma que tiene alma de mediocampista y de delantero. A sus 28 años disfruta del mejor momento de una carrera estelar.

Ha sido el hombre fundamental. en los grandes éxitos del Madrid en este 2014 inolvidable. Anoche rubricó un año sensacional con el quinto cabezazo determinante. Cuando más sufría el equipo de Ancelotti, cuando el conjunto argentino comenzaba a sentirse cómodo en la marrullería, allí surgió el desmarque perfecto y el testarazo imparable del andaluz para acabar con la preocupación del conjunto blanco. Kroos botó un córner con el efecto supremo de los ganadores, el que exige un cabeceador de postín, y Ramos coronó la eficiencia del alemán para conectar el remate que acabó con el rival y decantó el título mundial. Después, todo fue coser y cantar para el conjunto español, campeón de Europa y del mundo gracias a este central que Florentino Pérez fichó al Sevilla en agosto de 2005, por 28 millones de euros, cuando destacaba como lateral derecho. Llegó a la casa blanca y dejó claro muy pronto que podía jugar de central y de medio. De casi todo.

El hijo predilecto de Camas ha sido el futbolista fundamental en este Mundial de Clubes, como fue el jugador clave de la Décima. Hace cuatro días abrió también el cerrojo del Cruz Azul con otro testarazo de esa frente celestial. La conexión Kroos-Ramos funciona con la eficacia de dos portentos.

El sevillano pasó a la leyenda eterna del club hace siete meses con ese giro de cabeza hacia la izquierda que colocó el balón en el palo derecho de Courtois y empató una final perdida. El 1-1 supuso, todo el mundo lo sabía en Lisboa, el comienzo de la Décima, porque el Atlético estaba agotado físicamente. El Madrid se adjudicó la Champions por 4-1, en la prórroga, pero el central fue el culpable de todo. Fue, es y será la Copa de Europa de Ramos. Aquel triunfo de la Décima comenzó antes, hace nueve meses, frente al Bayern, cuando el andaluz firmó la primera victoria histórica en el Allianz Arena de Múnich con dos cabezazos mortales ante Neuer, ese portero al que Blatter quiere otorgar el Balón de Oro.

La virtud del camero para anotar tantos por alto es una capacidad que los ojeadores vieron en el chaval desde niño. En los infantiles ya sobresalía por su poderío en el juego aéreo ofensivo. En el defensivo añade una capacidad de anticipación que le hace generalmente invulnerable. Anoche, Casillas, que celebró sus setecientos partidos con el título que les faltaba a los dos, volvió a decirle: «Eres el amo». Intercala entre esas tres palabras un insulto que es un elogio.