'Derbi de Ramos' llega al Cartuja Center: «El sevillano es jartible por naturaleza, porque lo ha mamado desde chico»

Alberto Maldonado y José Manuel Rodríguez encarnan a Salvador y Curro, dos locos de lo suyo: las cofradías y el Real Betis, respectivamente. Ambos acuden a ejercer su derecho a voto al colegio electoral y se ven encerrados en el mismo, viéndose condenados a perderse el Domingo de Ramos y el gran derbi. Es entonces cuando se desencadena toda la acción de esta comedia en la que sus artífices parodian de forma fresca, sin complejos y al hilo de los acontecimientos más recientes —pues se encuentra en constante actualización—, la pasión desenfrenada con la que los sevillanos vivimos lo que nos gusta, como cuentan a ABC.

«La identificación es clave para que tengas ganas de ir a ver algo. En el caso de esta obra, creo que todo sevillano, si no es por una parte, se ve identificado por la otra, ¡o por las dos!», señala Maldonado, que además es autor del texto: «Tanto Curro como Salvador son personajes muy pasionales, como creo que somos los sevillanos en general. Vivimos muy fuertemente nuestras tradiciones, nuestra cultura». Ahí radica, a su juicio, el éxito de 'Derbi de Ramos': en que el público la siente como propia. Así lo entiende también Rodríguez: «El hecho de que la gente venga y vea en lo que nosotros hacemos a un primo, un amigo o incluso a sí mismo representado en distintas escenas de la obra es lo que hace que le guste. Si hiciéramos la obra de una costumbre que no es de Sevilla, sino de otro sitio, nadie entendería nada de lo que hacemos».

Entonces, ¿se puede disfrutar de la obra siendo de fuera de Sevilla? También. «Ha pasado, de hecho, para nuestra sorpresa. Por un lado, disfrutamos con que no todo el mundo entienda todas las bromas. No tienes que entenderlo todo ni siquiera siendo sevillano. Pero gente de León o Castellón que ha venido a vernos ha dicho que se ha meado de risa por las situaciones que se crean en la obra, y evidentemente creo que está guay. La obra tiene muchos puntos que son buenos para que los coja el que sea muy puro; otros que son más generales de aquí de Sevilla, que cualquiera los va a entender; y otros puntos que son comedia pura general». No tienen nada que temer, por tanto, quienes se vean algo más desconectados de los temas que centran el guion.

Los actores hacen hincapié en que en ningún momento pretenden faltar el respeto a nadie, para aquellos que sean algo más cerrados de mente: «Nos reímos con el fútbol y con la Semana Santa, nunca del fútbol y la Semana Santa. En la obra, nosotros mismos nos reímos de nuestras costumbres, pero nunca ridiculizándolas. La obra es muy blanca en cuanto al humor. No hacemos ningún chiste que pueda herir a nadie». Hay que tener la piel muy fina para molestarse en la sala mientras dure la obra.

Todo aquel sevillano que acuda a disfrutar de 'Derbi de Ramos' se da cuenta rápidamente de que algunas de las referencias o de las bromas que salpican la representación son de rigurosa actualidad hasta el punto de hablar de sucesos o noticias de la misma semana o de las últimas horas. Lo explican sus protagonistas: «Estuvimos viendo la obra y nos han salido un total de 13 momentos, tanto de fútbol como de Semana Santa, que van cambiando en cada función según alineaciones, cosas que hayan pasado en la ciudad o gente que esté en la actualidad política. Además, nos gusta mucho improvisar, hay muchas veces que nos sale algo en medio de la obra que no está preparado, y tiramos para adelante. Nos tenemos que aguantar la risa allí en medio».

Este tipo de cosas hacen que una misma persona pueda ir a ver varias veces la obra manteniendo un margen de sorpresa: «Tenemos gente que ha venido a ver la obra tres o cuatro veces y dicen que cada vez que vienen ven algo distinto. La trama es la misma al fin y al cabo, pero los chistes están muy actualizados, a veces el mismo día. Este domingo 23 de noviembre juega el Betis justo antes de nuestra obra. Veremos el partido por si pasa cualquier cosa que haya que meter sobre la marcha. Después, las cosas que pasen en el derbi irán a la función del 4 de diciembre. Igual que algún guiñito a las pestañas de la Macarena tiene que haber, porque es una cosa muy gorda, pero va a ser con cariño, no vamos a ser malos». Con la actualidad que tienen el fútbol y las cofradías sevillanas, es difícil quedarse sin ideas.

Y si eso pasa, las ideas pueden venir de sus propias experiencias personales, ya que aseguran que al menos el 80% de la obra es autobiográfica: «No podemos criticar el mundo del fútbol ni el de las cofradías porque después somos los primeros que comulgamos con todo lo que se critica. Yo me quejo de que hay muchas extraordinarias en Sevilla pero creo que voy a todas. Los personajes son muy nosotros. Y lo que empezó como una parodia cada vez lo es menos. Mucha gente nos dice que no sólo se han visto ellos identificados, sino que conocen a mucha gente que es como Salvador o como Curro. Y creo que no es malo. Nos gusta tanto algo que lo vivimos intensamente, y estamos orgullosos», asegura Maldonado. Su compañero, hincha fervoroso del Betis en la obra, lo muestra con un ejemplo: «Cuando Antony le metió dos goles al Mallorca, yo en casa me tiré al suelo. Hago el ganso encima del escenario, pero después en mi casa hago lo mismo sin la presión de tener que actuar».

Aunque no se ponen de acuerdo acerca de quiénes son más jartibles, si los cofrades o los futboleros —Rodríguez piensa que los primeros, mientras que Maldonado cree que los segundos—, coinciden en que el sevillano «es jartible por naturaleza porque lo ha mamado desde chico. Suele ser muy bético o sevillista porque es lo que ha visto en su casa, en sus padres, en sus abuelos. Yo soy hermano de la Esperanza de Triana porque mi padre me hizo de pequeñito y es lo que he vivido. Y de San Gonzalo también. Lo he vivido en la infancia y me he hecho ya de mayor», apunta quien da vida al capillita Salvador en la comedia.

Muy ilusionados por llevar la obra al Cartuja Center, en cuya sala CITE actuarán para una cantidad mayor de público, lo consideran un «salto cualitativo y cuantitativo que valoramos. Muchas veces no valoramos lo que estamos viviendo, por eso estamos siempre con la premisa de disfrutar el durante, de ser conscientes del privilegio de estar entre amigos haciendo teatro en el Cartuja». Recordando sus inicios en Cuaresma de 2024, cuando «no contábamos ni con la segunda función», aseguran que estarían encantados de que esta fuera su «nueva casa muchos años» si el público sigue respondiendo. No esconden incluso que sus sueños aún vuelan más alto y ya apuntan al Lope de Vega. «La obra puede ser bastante extensible en el tiempo, e incluso ir creciendo con nosotros. La suerte es que es totalmente atemporal». Como atemporal es el humor... y también la forma de ser de los sevillanos.