ICÓNICA SEVILLA FEST
El padrino del trash metal sentó cátedra en la Plaza de España de Sevilla
Megadeth, con Dave Mustaine como director de orquesta, ofreció un contundente directo
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Si a muchos de los que vibraron con la potente descarga que Megadeth ofreció bajo el calor de julio en la plaza de España en Icónica Santalucía Fest Sevilla, evento patrocinado por ABC de Sevilla, les hubieran dibujado esta imagen hace veinte años, ... directamente habrían pensado que era materialmente imposible y que el que lo decía no estaba en su sano juicio. Verano, Plaza de España, en mitad de una cumbre de la ONU en Sevilla y encima del escenario una de las auténticas leyendas de siempre del heavy y el trash metal, nada más y nada menos que el señor Dave Mustaine, que ya dejó de ser hace mucho tiempo 'el pelirrojo al que echaron de Metallica', para convertirse en el líder de una de las bandas imprescindibles de la escena de las últimas cuatro décadas.
Ese sentimiento de incredulidad revoleteó durante toda la velada entre un público que hace años cantaba los riffs de guitarra de Mustaine en interminables tertulias en las largas noches de verano en la plaza de San Pedro y que veía tan lejano como imposible aquello de que en Sevilla llegaran a materializarse en forma de conciertos los dioses del metal, esos que colgaban en posters en las habitaciones de muchos.
Los años han pasado, y pocas melenas, pantalones ajustados y cinturones de tachuelas se pudieron ver entre público que acudió a su cita con Megadeth. También han pasado los años por Mustaine, quién superó en 2020 un agresivo cáncer de garganta, pero que sigue manteniendo su aura imponente y su auténtica mala leche sobre el escenario.
Un grupo que, a finales de los ochenta y principios de los noventa, hablaba del apocalipsis nuclear propio de la guerra fría, o de cómo se comerciaba e incluso se vendía la paz. Mensajes que durante muchos momentos han parecido trasnochados, pero que la dura actualidad nos ha vuelto a traer a la primera plana.
La banda sonó como acostumbra, como lo que ha sido Megadeth a lo largo de su historia, un auténtico cohete en directo. Las guitarras afiladas, de las que emergieron algunos de los riffs más importantes de la historia del metal y del trash metal melódico, estuvieron acompañadas por una potentísima sección rítmica. Después de haberse peleado con medio mundo y haber dejado atrás hace muchos años su formación más clásica, el señor Mustaine estuvo acompañado por Dirk Verbeuren a la batería, James Lo Menzo al bajo y Teemu Mäntysaari a la guitarra.
Un concierto, el único de esta gira de Megadeth en España, en el que se pudieron escuchar auténticos clásicos de la banda, principalmente incluidos en los que son considerados dos de los discos más emblemáticos como Rust in Peace (1990) y Countdown to Extinction (1992). De esta manera sonaron cañonazos como Hangar 18 –con el que se abrió la descarga-, Tornado of Souls o el maravilloso Simphony of Destruction.
Como es ley de vida, la voz de Mustaine ya no suena como antes, pero a sus 63 años es capaz de seguir interpretando auténticas joyas como los temas incluidos en uno de sus álbumes más comerciales y redondos, como fue Cryptic Writings (1997), y del que eligieron canciones que fueron muy celebradas como She-Wolf o Trust. Demostrando que hay banda para rato, también sonaron temas de su último lanzamiento –el 16º trabajo de estudio de la banda-, The Sick, the Dying... and the Dead! (2022).
La noche ya había comenzado con buen pie, a pesar de las altas temperaturas que tuvo que soportar el público, gracias a la actuación de la banda española Angelus Apatrida, quienes demostraron con su buen hacer y estupendo sonido, porqué son los principales representantes de la escena metalera española, con una trayectoria que ya supera el cuarto de siglo. Cumplieron su papel de una manera impecable, siendo un completamente perfecto para la noche más metalera de Icónica Fest Sevilla.
Y la noche terminó de la mejor manera posible, con Dave Mustaine vestido de nuevo de profeta, con letras que se escribieron hace más de treinta años pero que siguen estando de rabiosa actualidad. Mustaine y su guitarra abordaron el trallazo de Holy Wars (guerras santas), uno de sus temas más celebrados y que sirvió para cerrar un concierto inolvidable.
Después de una longeva carrera, más de 50 millones de discos vendidos y doce nominaciones a los Grammy, Megadeth tiene ya muy poco que demostrar. La sombra de Metallica ya hace mucho tiempo que quedó atrás, y las miles de personas que vibraron en un escenario tan ajeno al metal como la Plaza de España, dieron una vez más las gracias de que Ulrich y Hetfield echaran de la banda un buen día a Mustaine. Desde entonces, dos universos corren paralelos, uno de ellos sigue volcado sólo en el dólar, el otro siempre puso a la música en el primer plano, como se pudo comprobar en una calurosa noche de julio de Sevilla.
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