La relación de Manuel Carrasco con Sevilla: así han sido sus conciertos

Carrasco ha reconocido en más de una ocasión su romance con la capital hispalense, con la que mantiene un idilio especial y guarda un buen recuerdo desde incluso antes de pisar las tablas de la Cartuja. Ya la planificación en su agenda tiene un especial significado, de hecho el año pasado cerró su anterior gira en el mismo escenario que este año verá su arranque. Toda una declaración de intenciones y un amor recíproco que tanto él como sus seguidores ya esperan con ansia que se produzca. Como un ritual de amor veraniego para el que hay que prepararse desde diciembre con la compra de las entradas.

No obstante, el onubense no lo ha tenido fácil para hacerse con los corazones sevillanos. De hecho, reconoció hace unos días que le costó cantar en la ciudad. Tuvieron que pasar diez años (antes solo lo hizo con la gira de 'Operación Triunfo') hasta que pudo acceder al ciclo de conciertos del Teatro Lope de Vega y fue ante 700 personas. «Teatro que en su día se me negaba la oportunidad de tocar, y ahora estemos tocando en un estadio», señalaba el artista. «Sí que siento algo especial, hacer un concierto con tantas miles de personas es algo totalmente excepcional que no se puede explicar con palabras», resaltaba el autor de 'No dejes de soñar'. «Es una energía que se vive en esos conciertos y estoy a las puertas de empezar otra vez a vivir un nuevo sueño y espero que estas flechas se claven lo más hondo posible, no solo en Sevilla, sino en todas las ciudades».

Desde ese 2012, el de Isla Cristina vivía sus primeras miradas seductoras con la capital hispalense en diferentes escenarios. Luego llegaría el Riberas de Guadaíra de Alcalá o el Auditorio Rocío Jurado, donde iba desgranando su disco 'Habla' mientras se deshacía en halagos: «Dímelo Sevilla, que no estoy soñando», comentaba alzando la voz a los fanáticos que por aquella época iban a verle. «Después de diez años viviendo y sintiendo con la música, tenía que llegar un momento como éste y tenía que ser Sevilla». En esos primeros flirteos se emocionaba mientras decía que se abría el pecho para que entraran todos los que le habían ido a verle tocar y Sevilla respondía coreando su nombre entre gritos y aplausos. En esas primeras veces ya se dejaba el alma en el escenario y el cuerpo en otra órbita mientras le dedicaba un trozo de sevillana a la ciudad: 'La primera vez fue en Sevilla'.

Luego llegaron más conciertos, nuevas tablas que acariciar, y en 2013 y 2014 se acercaba tímidamente a la ciudad con puestas en escena que ya apuntaban maneras. En 2016 llenaba el Auditorio de Fibes, aunque también le aguardaba el mayor de los placeres, uno de los más grandes, el estadio de la Cartuja. La gira 'Bailar el viento' lo catapultó a editar un disco dvd de aquel orgásmico momento llamado 'Una noche olímpica' ante 45.000 personas. Esa noche le dedicó a la ciudad una bulería como solo él sabe hacerla. Miles de seguidores le acompañaron al compás. La letra decía así:

No lo dudes, date prisa/un amigo a mí me dijo. /Que una mujer quiere verte y quiere bailar contigo. /Ponte tus mejores galas/ no lo pienses date prisa. / Que esa mujer no es cualquiera /por nombre tiene Sevilla.

Dos años más tarde la sorpresa llegaba a la ciudad en forma de concierto con uno más especial y gratuito en la Plaza de España en pleno mes de diciembre. Toda una carrera de fondo en solo seis años desde que aterrizara en el Lope de Vega y solo acudieran a su espectáculo 700 personas. En el emblemático monumento presentó in situ el que sería su nuevo trabajo discográfico: 'La cruz del mapa'. Sevilla de nuevo volvía a responder a la llamada del onubense, a la que dedicaba de nuevo palabras de amor: «Sevilla de mi alma, no me aguantaba más. Esta primera cruz del mapa tenía que ser aquí, tenía que darte una caricia en forma de canción».

En 2019, con Sevilla ya totalmente hipnotizada, el estadio Benito Villamarín se convertía en el escenario elegido para proseguir con ese amor de verano que regresa con el calor y que se despide esa misma noche. Allí de nuevo una bulería a la ciudad donde la emoción incluso le podía y casi no acertaba con guitarra ni voz: «Que no quiero despertarme, que el sueño no tenga prisa, todos los días no ocurre, le estoy cantando a Sevilla». «Sevilla te quiere mucho, tranquilo cariño mío», le decía su madre. El Puente de Triana o imágenes tan características de la ciudad como el Cachorro o el Gran Poder tenían cabida en esta letra. El amor se consumó esa noche de junio.

Con las ganas de concierto de su 'Lolo' se quedó Sevilla dos años por el parón debido a la pandemia del coronavirus, hasta que de nuevo en junio de 2022 el cantante onubense volvía con más ganas que nunca a la ciudad de sus amores. El estadio de la Cartuja logró batir el récord en número de asistentes a un concierto, partiéndole a Manuel el corazón en mil pedazos y dejándole sin palabras. Había que vivir el momento, como decía en su canción. Y se vivió, a pesar de la ola de calor y los más de 40 grados. La ciudad volvió a salir entre sus letras, trocitos de sus vivencias, de sus felices encuentros. Ahora regresa este fin de semana con más fuerza si cabe, tras dedicarle hace pocos días una canción con videoclip incluido: 'Un amor que dura toda la vida' y donde se da un paseo desde el barrio de Santa Cruz hasta la Capilla de la Piedad. La ganas de clavar esas flechas en el estrecho pero blando corazón de Sevilla están ahí. Seguro que entre los dos harán que merezca la alegría, que no la pena.