Raphael cierra las Noches de la Maestranza: 'Raphaelísimo' y eterno
El artista da cuenta de sus intactas facultades en un concierto de una hora y tres cuartos sin un segundo de descanso y más de una veintena de grandes éxitos
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Iniciar sesiónEn un giro inesperado del destino, la vida misma, Raphael pasaba de ofrecer cuatro conciertos con su 'Victoria Tour' en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Sevilla a, tres días después, parar en seco tras ser diagnosticado de un linfoma cerebral. El ... linarense tiene varias fechas más de cumpleaños que la oficial, el 5 de mayo, y cumplidos los 82, apenas seis meses después del aviso, volvió a subirse a los escenarios. «La salud es la que me alejará de ellos, yo no podría despedirme, estaría muriéndome en cada concierto», dijo en una entrevista a este medio en 2023, dos septiembres atrás, con motivo de su actuación en las mismas tablas a las que se ha subido este sábado, las de la Plaza de Toros de la Maestranza.
Por esta razón, el público transgeneracional que le admira acude a la convocatoria con la convicción de que el intérprete se encuentra en pleno estado de forma. Y de qué manera. Habrá sido un milagro o un pacto con quien habita en el infierno, pero Miguel Rafael Martos Sánchez ha vuelto tan 'Raphaelísimo' como siempre, aunque algo más comedido, con una profesionalidad intachable. El andaluz da «conciertazos», no «conciertitos», por eso en una de sus vidas felinas, ¿la penúltima?, se ha vestido de trovador francés. Le canta a la vida, a la bella y a la sufrida, sin arrepentimientos, paso a paso, latido a latido, 'padam, padam'. Hay un resistente hilo que aún tira de sus brazos en sus peculiares bailes, su voz diamantina, el plateado brillo de su elegancia en su paseo victorioso hacia una nueva oportunidad.
Raphael se llenó del calor de los sevillanos en su entrada al coso maestrante, en pie para recibir al divo que, tras 'La noche', demostró que 'Yo sigo siendo aquel' (el éxito de 1985, no confundir con el tema con el que representó a España en Eurovisión) y después se puso cómodo, se despojó de la chaqueta, interpretó 'Cierro mis ojos', y ya en 'Digan lo que digan' se sentó en un sillón para descansar de tanto derroche de energía inicial. Era su gran velada, la disfrutó y la hizo gozar a los asistentes, embrujados por la calidad de su garganta, la capacidad de su memoria, la resistencia de sus fuerzas. En la silla duró poco, por lo que toda la plaza aplaudió con denuedo el esfuerzo. Raphael demostró que conserva todas las facultades vocales y su capacidad dramática intacta. Siguió desgranando éxitos, enamorando a la cámara, acompañado al violín en 'Si no estuvieras'. Merece una mención especial los diez músicos que le auparon hasta lo más alto con idéntica exquisitez a la de su forma de interpretar.
En ese repaso a seis décadas de música, el cantante dedicó la parte central del concierto a su homenaje a la canción francesa que tanto le influyó en su comienzos y que el año pasado grabó en un disco, 'Ayer... aún'. Especialmente los de Édith Piaf: 'Padam Padam', 'La vie en rose' o un hipnotizante 'Himno al amor'. Si encanta a aficionados de todas las edades y calza en su repertorio desde los temas más románticos hasta ritmos más poperos, el Hijo Predilecto de Andalucía explora también en otras tierras. Otro derroche con 'Malena', un tango que incluyó en su disco 'Te llevo en el corazón'.
Siguió sin parar y sin hablar y se multiplicó por tres (en las pantallas) para contar el despecho de 'Estuve enamorado de ti' y el leve movimiento de caderas le granjeaó que otra vez el tendido se levantara. Más desamor y más hits de su disco 'Canta' firmados por Manuel Alejandro con 'Desde aquel día', 'Cuando tú no estás y 'Yo soy aquel'. «Raphael, Raphael», le jalearon desde el albero tras su canto más intimista. Y fue ahí cuando terminó por vaciarse. Le bailó a la guitarra española con otro cover, 'Que nadie sepa mi sufrir', el tango de Alfredo De Angelis. De Argentina fue a Chile, en uno de los temas más emocionantes de la noche, el 'Gracias a la vida' de Violeta Parra. «Me ha dado la risa y me ha dado el llanto/Así yo distingo, dicha de quebranto/Los dos materiales que forman mi canto. Y el canto de ustedes, que es el mismo canto».
El de Linares ha sido nombrado en este 2025 Persona del Año por la Academia Latina de Grabación. Debería ser del siglo. Porque es irreductible. Es eterno. Cuando parecía que llegaba el final, Raphael sacó la artillería pesada en forma de canción.
Se divirtió el público a lo grande con 'Estar enamorado' y 'Ámame' prolongó el éxtasis con los pases de maestro del jiennense, pletórico, con la entrega propia de un artista inmortal que se muestra en 'Carne en viva' tras una hora y veinte sin parar. Se va notando el sobrehumano empeño, pero Raphael no defrauda nunca. 'Qué sabe nadie', rasga. 'Yo soy aquel', ya en el bonus, rompe. Lo de este hombre, con 82 años, es un 'Escándalo'. Después de una hora y 40 minutos, cerró con un 'Como yo te amo' que interrumpió para dirigirse a los presentes por fin: «Una vez más en Sevilla y por siempre», dice. Mientras hace el paseíllo de salida, todos anhelan ya que haya una próxima.
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