El nuevo romanticismo..., a lo contemporáneo

'En una clara noche de luna' es la propuesta presentada por Vázquez, una obra que vuelve su cara al romanticismo y que está inspirada en la clásica 'Giselle' más bien buscando a los personajes de las Willis, que a la protagonista de la obra, con la intención de hablar sobre mujeres, sobre cómo actúan en grupo, cómo se protegen o cómo es su melancolía, deseo de libertad o el sentido del deber. La luna es para ellas el símbolo de esperanza.

En escena tres bailarinas, una soprano y un músico contemporáneo para desarrollar una pieza que tiene mucho de onírico y que viene además secundada con protagonismo propio, por la composición musical e interpretación de Miguel Marín Árbol, con una brillante banda sonora que compone con el efecto looping de manera constante. Marín con la percusión, guitarra eléctrica y el ordenador, ejecuta de forma magistral una música que tiene de todo, ritmo, cadencias románticas, voces en onomatopeyas, melodía. Y además, junto a él, la voz preciosa de la soprano Aylén Bárbara Gerull, que sale a escena junto a las tres bailarinas, integrándose en ocasiones en el movimiento. La conjunción de las dos voces es bellísima.

La obra es un 'tour de force' de las tres intérpretes, cada una con un estilo propio, incluso físico, que conforma un grupo integrado gracias la coreografía de Lucía Vázquez, muy lineal en la primera parte del espectáculo, buscando la sencillez de las formas, pero siempre respetando los ángulos, para convertirse en la segunda parte en algo mucho más potente físicamente, con pequeños portés, y dos pasos a dos de Vázquez con Rocío Barriga y luego con Lisa Malaguti, de una espléndida factura coreográfica. El desarrollo no deja ningún espacio a la improvisación, todo está absolutamente medido y desarrollado con la elegancia que caracteriza a las obras de Vázquez.

Las tres bailarinas destacan tanto en los numerosos momentos corales como en los individuales. Malaguti despliega su gran técnica en puntas, una ejecución perfectamente integrada en el movimiento contemporáneo y luego descalza, su cuerpo toma un rumbo diferente y muy natural. Rocío Barriga es una bailarina muy pegada a la tierra, con enorme fuerza expresiva y una forma de bailar que hipnotiza. Lucía Vázquez siempre ha sido una bailarina más etérea, y sigue siéndolo en este espectáculo, buscando las formas y no dejándose dominar por la velocidad del movimiento, con absoluto control.

'En una noche clara de luna' nos deparó una muy buena noche de danza, hecha aquí por creadores de Sevilla y con gran proyección internacional. Una obra limpia, elegante, con una enorme poesía y una preciosa banda sonora y gran interpretación en directo, aspecto éste con el que la danza siempre gana.

Un estreno absoluto que clausuró las funciones del festival en el Cortijo de Cuarto, un espacio excelente para las compañías de pequeño y mediano formato y que ha dado su juego.