Mikel Erenxtun: «No me planteo una retirada ni a corto, ni a medio ni a largo plazo, me gustaría morir con las botas puestas»

Ha triunfado con su proyecto más personal, creciendo canción a canción, disco a disco, y desde hace tres lustros, según confiesa él mismo, atraviesa un duradero momento dulce, tanto a nivel compositivo como en los directos. Este viernes 10 de mayo llega a la Sala Custom de Sevilla para presentar 'Septiembre', su última cosecha de canciones. Un disco doble que abunda en los colores tenues, paleta con la que el autor de 'A un minuto de ti' se muestra como pez en el agua.

'Septiembre' es el primer disco que compone al piano. ¿Cuál ha sido la causa o la motivación?

Pues hay que remontarse un poco a la pandemia. Fruto de tener mucho más tiempo libre de lo habitual me dio por tocar el piano, un instrumento que siempre he tenido en casa pero que nunca le había prestado demasiada atención. Bueno, la verdad es que el detonante real fue ver 'Rocketman', la película sobre la vida de Elton John que me llevó a descubrir la discografía de sus primeros años, que me cautivaron completamente. Y entonces pues me acerqué al piano y de repente salió una melodía, luego salió otra y cuando me di cuenta me encontré con que tenía un puñado de canciones escritas a piano en vez de a guitarra. Me gusta salirme un poco de las zonas de confort, y acostumbrado a escribir con guitarra para mí fue un reto enorme saber si era capaz de hacer un disco completo al piano. Lo hice.

¿Cómo será su concierto en la Sala Custom de Sevilla?Cuesta imaginarle sentado al piano todo el tiempo en esta sala de rock pura y dura. ¿Sale sentado al piano en los directos?

Estoy de acuerdo, he tocado allí y no pegaría mucho (risas). Pero voy con la banda completa para hacer un concierto de rock. Somos seis en el escenario, una banda de rock clásico con dos guitarristas, un pianista, bajo, batería y yo. Es un concierto con muchísima energía, con una producción de luces muy bonita. No obstante, también llevo piano, que es algo nuevo, y hago media docena de temas a piano, pero el grueso sigue siendo canciones en las que estoy con la guitarra. Creo que es la mejor banda y la mejor gira de toda mi carrera.

'Septiembre' es un disco que, sin perder el sonido clásico de Mikel Erentxun, suena actual y a la vez tiene muchos matices de los años setenta e, incluso, sesenta. ¿Cómo se consigue eso? Porque es como poner un pie en Saturno y otro en Júpiter, son mundos completamente diferentes.

Es cierto, el disco tiene un pie en el presente y otro en el pasado. En el pasado porque ahí es donde están mis influencias, yo crecí escuchando esas músicas, pero también tiene un pie en el presente principalmente porque lo he grabado con músicos y productores muy jóvenes, bastante más jóvenes que yo, como Víctor de Rufus T. Firefly o Dani de Reme. Los dos han aportado esa frescura que yo ya he perdido, y entre los tres hemos conseguido ese cruce pasado-presente que creo que funciona muy bien.

De las que remiten a un sonido más pretérito, personalmente me ha gustado 'Es solo amor', tiene un punto sesentero con vetas hippies que me recuerda a la película 'Érase una vez Hollywood'.

Peliculón. Soy muy fan de Tarantino. Puede ser, el disco en general tiene una atmósfera muy cinematográfica, el cine siempre me ha encantado y es fuente de inspiración continua. Este tema lo tocaremos en Sevilla.

Y de las de un sonido más fresco, destaca el toque perfecto que Anni B Sweet le da a 'Tú y yo'. Todo un acierto la nueva versión que publicó en enero.

Anni es una maravilla, tiene un ángel en la garganta y todo lo que toca lo convierte en oro. Hicimos la versión original los dos cantando toda la canción al modo de Frank Sinatra y Nancy Sinatra, esa era la idea, pero ya con el disco publicado pensé que teníamos que haberla hecho a dúo alternando las voces, de una manera más clásica. Nos volvimos a juntar, volvimos a grabar las tomas de voz y sacamos esta edición distinta a la que está en el disco, que es la que hacemos en directo. En mis conciertos viene una chica conmigo, Marina Iniesta, cantante de Repion, que toca la guitarra y canta, y la hacemos a dúo.

El precioso homenaje que dedica a Pau Donés con 'Pensando en ti (cuando lo urgente es vivir)', «las canciones suenan a media asta…», es una rara avis en su cancionero. No es habitual en su trayectoria encontrar este tipo de piezas, y eso que habrá sufrido más de una pérdida en el mundo de la música…

Nunca había escrito una canción dedicada a una persona que ha muerto. Es la primera y probablemente sea la última. Pero es que se juntó todo: fue en pandemia, teníamos los sentimientos a flor de piel, viví los últimos días de Pau en directo… Teníamos muy buena relación y fue duro cuando se marchó. Y ocurrió lo que nunca me había ocurrido, que de repente me vinieron las palabras y me vino la melodía y nació 'Pensando en ti'.

Más allá del talento que tenía como músico y que hemos disfrutado los que no le conocimos personalmente, ¿qué recuerdo tiene de Pau Donés?

Bueno, de Pau como artista no hay mucho más que decir. Pero yo me quedo con la persona, con su energía y sus ganas increíbles de vivir y de contar cosas. Lo consideraba uno de mis amigos y además nuestra amistad giraba mucho más en torno a la montaña, a la nieve y el esquí, que a la música. Nos conocimos en los Pirineos, en Baqueira Beret. Muy pocas veces coincidimos en el escenario o con temas musicales. Nuestra amistad iba por otros derroteros.

Le he leído que «estar en la Segunda División de la música española ayuda a ejercer más de padre». ¿Realmente considera que está en la Segunda División? 2,2 millones de escuchas mensuales en Spotify no son cifras del Alcorcón o el Burgos, más bien son números de Europa League…

(risas) La verdad es que estoy muy fuerte en plataformas digitales. Yo mismo alucino porque son cifras muy importantes. Mis números de Spotify son sorprendentes, además es muy interesante porque es la suma de muchos países y al final está muy bien que mi música suene en México, Perú, Estados Unidos, además de España. Que mi carrera se haya internacionalizado es algo que me encanta, especialmente en el mundo latino ha crecido un montón. Yo me refiero un poco a que estoy en la Segunda División en el sentido de que esto es una carrera muy larga y he conseguido épocas en las que estaba en Primera División. Es decir, si me comparo con hace veinte años, estoy en otro sitio. Entonces podía tocar en plazas de toros y lugares gigantescos y ahora toco en salas mucho más pequeñas. Mi poder de convocatoria, sobre todo en directo, ha disminuido. Y entiendo que igual que yo me hago mayor, mi público se hace mayor y más minoritario y no puedo competir con bandas como Viva Suecia o Arde Bogotá, que considero que ahora mismo es la Primera División. No me refiero a nivel de calidad, sino de fuerza de convocatoria.

Coincidiendo con la publicación de su disco 'Detalle del miedo' (2010), hubo una etapa en la que incluso llegó a tocar en bares. ¿Cómo es posible eso? Parece increíble pensar en Mikel Erenxtun tocando en un garito, se supone que es un peso pesado.

Sí, ahí estaba en Segunda B (risas). A finales de 2024 voy a cumplir 40 años de carrera y es muy difícil estar arriba todo ese tiempo. La música es una carrera sinuosa, de picos, y ese fue mi pico más bajo, claramente. No te voy a decir que fuese buscado, pero no me sorprendió porque fue mi primer disco enfocado a un público más minoritario y era consciente de que ese trabajo me iba a resituar en una zona mucho menos comercial, lo que se tradujo en un bajón en todo. En 2009, 2010, 2011 acabé haciendo acústicos yo solo en bares de toda España, sin duda mi momento más bajo a nivel de convocatoria. Pero fue algo que también disfruté un montón, porque tocar para aforos pequeños es algo que me encanta. Es un formato que conocí por necesidad pero que acabé amando. De hecho, aunque ahora giro con mi banda, de vez en cuando me gusta hacer un parón y tocar como entonces.

Aquello fue claramente un punto de inflexión...

Totalmente. Mis discos desde entonces son los mejores. Creo que estoy atravesando creativamente una época muy buena. En esta Segunda División me siento muy a gusto, sin esa presión de tener que estar en Champions, eso acarrea una mayor libertad, soy muy feliz y vivo de la música, que al final es lo más importante. Soy muy afortunado porque he vivido de todo, pero ahora no podría retroceder a los tiempos en los que no podía pisar la calle. O sea, en los tiempos de Duncan Dhu no podías hacer nada. Prefiero el anonimato de ahora y poder quedar tomándome algo en la barra después del concierto.

Si hablamos de cifras, ¿qué me dice de Duncan Dhu? Cuatro millones de escuchas mensuales en Spotify, sin sacar material nuevo desde hace muchos años, sin hacer giras… Es una banda de culto del pop español.

Exactamente, es una banda de culto. Esas cifras son una barbaridad. Duncan Dhu ha traspasado esa frontera en la que los grupos y artistas se convierten en algo casi mítico, y probablemente esa mística del grupo es porque no está en activo. Estas cosas como que juegan a favor.

Precisamente, en 2025 se cumplen cuarenta años del primer disco de Duncan Dhu. ¿Habrá gira o concierto para celebrarlo?

En principio no hay nada previsto, pero no cierro la puerta, nunca se sabe. Diego (Vasallo) está a tope con su proyecto, yo con el mío y bueno, algo haremos para celebrarlo, aunque sea una cena (risas). Aunque hacemos muchas, haremos una más especial.

En los últimos años ha confesado en reiteradas ocasiones que le obsesiona el paso del tiempo. ¿Cómo gestiona esos pensamientos?

La sensación de que el reloj nunca para, el paso inexorable del tiempo siempre me ha obsesionado. Hacer canciones me ahorra mucho dinero en psicoanalistas. Pero sí, me obsesiona, y cada vez más.

El sufrimiento en general, o en su caso la obsesión por el paso del tiempo es un tormento bastante fecundo a nivel artístico. ¿De ahí este doble disco?

Sí, así es. Es algo bastante común a los autores el hecho de que normalmente el lado amargo o triste de la vida es el que te hace coger el lápiz y el papel para escribir. Es más fácil escribir sobre la tristeza que sobre la alegría. Si miras mi repertorio, hay mucho más de melancolía, tristeza, añoranza y cielos grises que letras de luz y cielo azul.

Acerca de este tema se me viene a la mente un ejemplo muy paradigmático, el 'Honestidad Brutal' de Andrés Calamaro, que estaba en un momento bastante delicado y despachó un fabuloso doble disco de 37 canciones geniales.

Es un discazo. Si no es el mejor, está entre los tres mejores de él. Estaba en su cumbre creativa. Estoy de acuerdo, es un ejemplo de lo que estamos hablando.

¿Se ve en un escenario con 80 años como Bob Dylan, Mick Jagger, Serrat, Raphael o, incluso, como Charles Aznavour, que murió en 2018 con 94 años en mitad de una gira?

Es curioso, porque hace unos años pensaba que la música tenía una edad, y que ya con cuarenta cómo iba a estar haciendo música, y cuando llegué a esa edad me di cuenta de que esto era un non stop. Has citado a varios referentes que nos enseñan que el rock and roll no tiene edad, no solo en el escenario sino a nivel discográfico. Me gusta demasiado mi oficio como para dejarlo, aunque sí es verdad que el ritmo de las giras, de los conciertos va bajando y entonces se lleva mejor. Hago menos conciertos ahora que hace veinte años, pero no me planteo una retirada ni a corto, ni a medio ni a largo plazo, me gustaría morir con las botas puestas. Pues eso, como Charles Aznavour.