Manuel Lombo protagoniza una noche de éxitos en el Teatro Maestranza de Sevilla
El artista sevillano hizo un recorrido por los temas más reconocidos del compositor Manuel Alejandro, interpretando canciones de Raphael, Rocío Jurado, Isabel Pantoja y otros artistas de renombre
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Sevilla
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Iniciar sesiónHay canciones que trascienden en el tiempo y dejan de pertenecer a su autor, pasando a formar parte de la banda sonora de la vida de quienes las escuchan. Con las composiciones de Manuel Alejandro, ocurre esto. Hay temas -mejor dicho, himnos- como 'Yo soy ... aquel', de Rafael, o 'Como yo te amo', de Rocío Jurado, cuya autoría pertenece a uno de los cantautores más prestigiosos de este país. Tal es el legado musical que el jerezano ha dejado, que Manuel Lombo no ha podido evitar rendirle homenaje sobre el escenario del Teatro de la Maestranza.
Esta tarde, Sevilla ha disfrutado de una velada protagonizada por éxitos que Lombo, a través de su sensibilidad, ha cantado 'De Manuel a Manuel con el piano de Chico Pérez'. Además del pianista, le ha acompañado un elenco de músicos formado por Fernando Iglesias «Mae» a la guitarra, Laura Marchena y Cristina Tovar haciendo los coros y a las palmas, Pablo Núñez a la percusión y Manuel Moro tocando el cello. Por otro lado, también estuvo presente, aunque no de manera física, el mismísimo Manuel Alejandro, que prestó su voz como hilo conductor.
El Teatro de la Maestranza es uno de los auditorios más mágicos de Sevilla. Sus formas convexas, los planos truncados, la impresionante lámpara que decora el techo o su excepcional acústica, considerada una de las mejores del mundo, lo convierte en un escenario de ensueño para los artistas. No era la primera vez que Lombo paseaba por la tarima del auditorio siguiendo el ritmo de la a música, pero eso no le impidió hacer que la jornada fuera inolvidable.
'De Manuel a Manuel'
Cinco minutos de cortesía bastaron para que la multitud de adultos de edad media y avanzada tomara asiento. Las luces que iluminaban la sala se fueron apagando hasta que el espacio se fundió de negro. Fue entonces cuando los músicos comenzaron a tocar los primeros acordes de 'Yo soy aquel', el tema interpretado por Raphael. Escondido en el backstage, Manuel Lombo cantó las primeras estrofas, y no apareció hasta el primer estribillo.
Cuando salió, llevaba un traje verde, y al público le sorprendió su interpretación de las letras. Lo cierto es que, a lo largo del concierto, sintió cada palabra, incluso hubo ocasiones en las que sus pasos y movimientos seguían cada nota musical. A través de gestos suaves, transmitió a Sevilla que sus emociones estaban a flor de piel.
Durante la primera parte del espectáculo, se incluyeron obras como 'Amor a mares' (Luis Miguel), 'Quédate a dormir conmigo' (Isabel Pantoja), 'Todo el mundo' (Rocío Jurado), 'Qué tal te va sin mí' (Raphael). En esta primera tanda, hubo un tema que recibió un fortísimo aplauso, y fue el que Manuel Alejandro escribió -uno de tantos- para La Más Grande.
Lombo desapareció durante unos minutos del escenario, y las dos mujeres que lo acompañaban en el coro, aprovecharon para deleitar a los asistentes con 'Si te habla de mí'. Tras esta breve pausa, Manuel volvió vesitido de negro, de nuevo, preparado para darlo todo. Lo hizo por todo lo alto: con 'Vibro', de La Jurado. A este tema le siguieron otros himnos como 'El amor acaba' (José José) o 'Procuro olvidarte' (Hernaldo Zúñiga), entre otras.
Pareció que 'Se nos rompió el amor', iba a ser la última canción, porque el sevillano se alejó del micrófono para pronunciar el último -y arrollador- «se nos rompió el amor… de tanto usarlo» y, acto seguido, se bajó el telón. Sin embargo, se volvió a subir en menos de 20 segundos. Tras presentar a los músicos que le acompañaban y entonar 'Que no se rompa la noche' (Julio Iglesias), llegó el momento de la despedida.
El broche de oro a la noche lo puso 'Qué sabe nadie', que terminó con el estribillo 'a cappella' y paseándose por el patio de butacas. Como en el resto de interpretaciones, Sevilla permaneció en silencio durante la canción. Eso sí, el aplauso de despedida fue ensordecedor. Antes de cerrar la noche con la canción de Raphael, aprovechó el micrófono para disculparse por no haber hablado a lo largo del espectáculo, explicando que no quería «interrumpir la palabra de Manuel Alejandro». «Para mí ha sido un reto precioso», admitió.
En su discurso, quiso hacer mención especial a dos personas. La primera, fue a una mujer desconocida que se había escapado de la boda de su hija para asistir al concierto. Esto desató las carcajadas del auditorio. La otra mención fue para el director de este periódico, Alberto García Reyes: «Hemos crecido físicamente juntos y también en nuestras profesiones de manera paralela. Hemos visto nuestra evolución, y sé que sentimos una admiración mutua». Ambos estaban tan emocionados, que el artista no pudo evitar bajarse del escenario para abrazar a su amigo, admitiendo que «este escenario nos hace llorar a los dos».
Con un «hasta la próxima, si Dios quiere», el sevillano dijo «adiós» a su tierra, y el auditorio se puso en pie para despedir a un artista que acababa de ofrecer uno de los espectáculos más sentidos de su carrera musical. Desde anoche, Sevilla ya sueña con el próximo espectáculo de Manuel Lombo.
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