Lichis (La Cabra Mecánica): «María Jiménez entendía perfectamente que nuestros caminos se separaran»

Ahora, de manera puntual, tal y como aclara en esta entrevista, se encuentra de gira con La Cabra Mecánica para celebrar los 25 años del primer disco del grupo. Este sábado 14 de octubre estarán en la Sala Custom de Sevilla.

¿En qué momento artístico se encuentra Lichis?

Acabo de terminar un disco que voy a sacar en breve como Lichis & Due Country Cavalieri, un nombre un poco raro, así como spaghetti western. Es un trabajo en el que toco un set casi de hombre orquesta en el que me acompañan un contrabajista y un guitarrista, y de forma paralela sigo con mi carrera en solitario como Lichis. Toco en pequeñas salas, teatros y la verdad es que muy contento. Estoy donde quiero estar, aunque sí es cierto que estos años han sido como una cuesta arriba intentando evitar la sombra de La Cabra Mecánica, porque la verdad es que la gente muchas veces espera el repertorio de la Cabra y se lleva esa decepción, por eso siempre le pido al dueño de la sala que no ponga nada de la Cabra Mecánica, para no llamar a engaño a nadie.

O sea, que en cierto modo La Cabra Mecánica supone una losa pesada para el actual Lichis.

Bueno, no para mí porque mi cabeza está en otro lado, pero entiendo que sí lo es para el público y eso crea ciertos equívocos. Hace años decidí que lo que había en la industria, no solo a nivel de discográfica sino en la música en general, no me convencía, ni tampoco lo que se me proponía para seguir con mi carrera, así que decidí seguir de manera totalmente independiente. Entiendo que esta decisión tiene un peaje que hay que pagar, igual que quedarte en el otro lado tiene otros.

Bajo esa premisa parece poco lógico hacer una gira como la que mostrará el sábado en la Sala Custom.

Bueno, en 2022 se cumplían 25 años del lanzamiento del primer disco de la Cabra y esta gira de conmemoración es una manera de reconciliarme con esto y de que la gente lo disfrute y podamos seguir en el otro camino todos en paz bien.

El último material nuevo de La Cabra Mecánica data de 2009, por sus palabras intuyo que no existe planteamiento de publicar algo nuevo con la banda.

Estás en lo cierto. Además, creo que nadie lo quiera. Llega un momento en que toca entender lo que hay, la gente lo que viene a escuchar es un momento muy concreto de su vida, algo plenamente nostálgico y no creo que nadie quiera escuchar algo nuevo de nuestra banda. Creo que ahora mismo no habría ninguna posibilidad de que lo que hiciésemos, fuera bueno o malo, fuese a tener una repercusión en el mundo de la radio, tuviese una campaña. Entonces sería luchar contra una sombra muy grande. Para lo que sí reservo mis balas creativas, donde a mí me apetece estar y donde creo que puedo ofrecer algo y estar a gusto es como Lichis en solitario.

Obviamente, toca hablar de María Jiménez. ¿Qué recuerdo le ha quedado de ella como artista y como persona?

Me dio mucho cariño, mucho poder y mucha cosa buena. Además, tengo tantas anécdotas buenas con María y me dio tanta luz y tantas cosas que no quiero contarlas, las quiero guardar para mí, son un tesoro muy valioso. No sé si es difícil de entender desde fuera, pero lo digo con todo el cariño. La última vez que la vi fue en Madrid, en la presentación del disco de versiones de Sabina que sacó. Entré en el camerino y la vi rodeada de gente, de admiración, de cariño, y recuerdo que me vi en plan Michael Landon en 'Autopista hacia el cielo', es decir, «aquí ha acabado mi camino. María, me voy». Y me hizo mucha ilusión, recuerdo que saboreé ese momento como de despedida con mucha alegría, dejándola donde se merecía, con vanagloria para mí de que parte de aquello me había correspondido a mí. Tengo una foto en aquel camerino, fue la última vez que vi a María y también a Joaquín.

De aquella foto han pasado más de veinte años. ¿Por qué no se vieron más?

Ella era un personaje con mucha proyección y hubo un momento en el que de manera recurrente se me llamaba de programas de televisión para entrar en ciertos debates en los que yo no me sentía cómodo y ocupando un lugar que yo no quería ocupar, pero entendía perfectamente que María sí podía ocupar sin dejar de ser la grandísima artista que era. Sé que María sabía de mi vida y yo más o menos la seguía a cierta distancia, mantenía el contacto con su hijo. María era una persona con un enorme mundo interior que entendía perfectamente que nuestros caminos se separaran y que cada uno fuera por su lado.

¿Pero fue todo con buena sintonía?

De la mejor. Mi punto de irme de ahí fue el justo, el más hermoso, para que quedara un recuerdo hermosísimo para mí.

¿Cuál fue la genealogía de 'La lista de la compra'?

Yo suelo escribir mientras escucho y busco influencias en libros, discos, etcétera, y en el momento en el que me encontraba terminando la canción estaba escuchando a Tabletón. Una tarde, reflexionando sobre la música de este artista que me encanta, llegué a la música de Kiko Veneno y a lo que éste había hecho con Martirio, al disco de Martirio con Chano Domínguez, a Juan Antonio Canta, a Patuchas; y de todo ese universo empecé a pensar en la mezcla entre los tópicos del universo femenino que Martirio y Kiko Veneno habían llevado a otro terreno, mezclándolo con el universo masculino, con esa sensibilidad andaluza tan característica. Dándole una vuelta, me di cuenta de que necesitaba cantarla con una mujer, porque esta canción es mi reverso femenino, por decirlo de alguna manera, de repente vi una foto de María Jiménez y fue un chispazo inmediato. Era justo lo que buscaba, una visión de rompe y rasga, una visión de chocho con pelos, por decirlo mal y pronto. La idea de pensar en María Jiménez me dio pie a acabar frases de la canción, a meter acordes, a perfilar la melodía, y lo primero que hice en cuanto la terminé fue decir «esta canción está hecha y pensada para cantarla con María Jiménez». Esa es la historia de la canción.

La Cabra Mecánica forma parte de la cultura popular de la música española de este siglo, ¿está de acuerdo?

A pesar de que ha quedado en la gente la visión de un éxito masivo, no lo fue. El éxito de la Cabra fue más de gota a gota, fue algo muy popular en el sentido de que gustó a muchos tipos de gente, pero no en masa. Fíjate, ahora metemos a mucha más gente que entonces. Es algo sorprendente. La canción no sonó en las radiofórmulas hasta pasado un año, los 40 Principales puso la canción un lunes y la quitó un viernes, año y medio después, Cadena Cien y Canal Sur, ahí en Andalucía, sí fueron un apoyo. Jamás fuimos número uno en ventas, ni estuvimos en los primeros puestos de venta nunca. En la época en la que grupos como Estopa vendían dos millones de discos, Amaral vendía un millón o Jarabe de Palo vendía tres millones, nosotros solo vendimos 50.000, que ahora es mucho pero entonces no era nada. Su impacto fue de otro tipo.

«Hay un feminismo de género que es fanático, victimista y revanchista. Quiere que todos los hombres paguemos ahora por siglos de lo que hicieron otros. Si lo cuestionas, eres un hereje, un neomachista». Esta afirmación la hizo usted en el documental 'Silenciados'. ¿Cree que este tipo de afirmaciones le ha pasado factura a su carrera artística?

Sí, me han pasado factura desde la izquierda hasta la derecha. Todo es política y el arte mucho más. Para la gente de derecha o de extrema derecha soy un feminazi, para la gente de un corte más feminista soy un machista. Todo esto viene a favor de una ley de custodia compartida. Como padre me siento tan preparado como cualquier madre para la crianza de los hijos en un caso de separación y las leyes no lo favorecen. Creo que en la necesidad imperiosa del feminismo y de una visión feminista del mundo, pero no creo que eso se contradiga con que opine que bajo esta bandera se ha fanatizado mucho la cosa y se han colado aspectos indeseables y muy erróneos.

Y parece que no se puede opinar eso.

Vivimos en un momento histórico y político en el que se hacen enmiendas a la totalidad, es imposible tratar un tema desde un término medio. Cualquier persona que hable de manera medianamente abierta está condenada a ser acusada de hereje, tanto por un lado como por otro. A mí me ha pasado.

¿Ese enjuiciamiento constante de la opinión también tiene sus consecuencias en la música?

Por supuesto. El rock, por ejemplo, o lo que muchos consideran rock aunque yo no lo veo así, ahora mismo es muy complaciente, tienen unas letras con un taco muy calculado en un sitio muy calculado, con una guitarra eléctrica muy calculada, en realidad es un pop descafeinado. Sin embargo, la actitud más rockera, lo que podíamos considerar como la vertiente más transgresora, ahora mismo está en el trap o la música latina, ahí no se cortan un pelo. Y llenan estadios.