Conciertos
Juventude, los «beatles mutantes» del pop surrealista sevillano: «Somos y queremos ser artistas, pero depende de la gente»
El grupo sevillano Juventude presentará su álbum debut el día 17 en la Malandar Club, dentro de una gira que les llevará por algunos festivales y salas de renombre del país
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Ángel y Nico, los integrantes de Juventude
Hace poco más de un año, Nico organizó en la azotea de su piso de aquel entonces una pequeña fiesta con amigos y algunos músicos de la escena sevillana. Él y Ángel querían mostrarles las canciones del que ya es su primer disco y, de ... paso, recibir las primeras impresiones. Estaban muy seguros y muy motivados con el resultado, habían trabajado mucho en ellas desde hacía varios años. Pero les faltaba un detalle: no tenían nombre para el grupo. Así que Nico abrió un documento en su portátil, lo dejó por allí y le pidió a los asistentes que durante el transcurso de la noche fueran escribiendo sus ideas.
—Había unos cuantos nombres: Los Ballenatos, los Alcaldes, los Reyes Malos, los Amantes… Pero Juventude no estaba puesto —dice Ángel.
—Nosotros lo colamos. De hecho, fue el que menos le gustó a la gente. Cuando leímos la lista nos decían: poneos cualquiera menos ese —añade Nico sonriendo orgulloso.
—Y esa fue la clave. ¡Claramente tenía que ser ese!
—¡Pero es que está guapo Juventude! Un poco como Mocedades, ¿no?
Para entender qué es y quiénes son Nico y Ángel de Juventude hay que retrotraerse en el tiempo, a cuando eran Nico y Ángel de 'Los Reyes Magos'. En 2018 sacan el album 'Guay', pero a finales de 2019 deciden dejar el proyecto. Desde entonces, Nico y Ángel no dejan de componer por separado y en 2022 empiezan a reunir todas esas canciones que habían ido tejiendo sin ninguna pretensión.
El epicentro del terremoto Juventude tiene lugar en la sierra de Huelva, en Aracena: «Mis padres tienen una casina allí con un trasterito que antiguamente sería donde se guardaban caballos y todo eso, y es una forma bastante barata de hacer un pequeño retiro, es muy cómodo y estamos muy tranquilos allí», explica Nico. «Nos gustaría tener la posibilidad, tanto monetaria y como de tiempo, de pegarnos retiros más largos y hacer más cosas, pero es lo que hay», añade Ángel.
Juventude en Sevilla
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Dónde: Malandar Club
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Cuándo: 17 de octubre
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Horario: 22.00h. (21.30h. apertura)
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Entradas: 13 euros (FeverUp)
Los dos, Ángel Barbero (Sevilla, 1993) y Nicolás González (Sevilla, 1992), no han dejado de componer en todo este tiempo. Han encontrado una sintonía creativa que nació con el fin de un proyecto pero que ha servido a su vez de 'big bang' para crear un universo propio. «Tenemos tantas canciones que se nos hacía muy difícil cerrar el disco. De hecho, primero fuimos eligiendo las que tenían más o menos la letra lista», afirma Ángel. La última canción que entró, 'Cassius Clay', llegó con el disco ya en manos de Íñigo Bregel [Los Estanques], quien se ha encargado de la producción del disco junto al propio grupo.
—Le escribimos porque queríamos grabarlo con él —, relata Nico—. Queríamos contar con su producción y con su ayuda en todos los demás aspectos también. Y empezamos a grabar el disco sin tener ninguna pretensión.
—Pero con muchas ganas y mucha motivación, porque sabíamos que estaba guapo. Estábamos muy flipados con lo que estábamos haciendo —añade Ángel.
—Íbamos un poco sin rumbo, haciendo las cosas a ciegas.
La música, mientras tanto, fue llegando de una forma muy orgánica: ambos pusieron canciones sobre la mesa y se involucraban en las composiciones del otro, llevándolas a sitios comunes para los dos. «Nosotros no seguimos las modas ni tendencias, somos gente a la que le gustan los 70, los 80, y el folclore, también, y el flamenco, y todo eso luego hace que sonemos modernos», afirma Nico. ¿Cómo se convierten todas esas canciones en un disco, primero, y en un proyecto musical, después? «Hay tres nombres importantes, a cual mejor: Tali Carreto, el Canijo de Jerez y Quintín Vargas. Solo puedo decir cosas buenas de ellos», afirma Nico. «Gracias a ellos empezamos a entender que podía ser guay para más personas y a buscar un sello».
Una vez que empiezan a encaminar el disco se cruza en su camino Calaverita Records: «El rollo del sello es una pelea entre zorros», confiesa Nico. «Y tuvimos suerte de tener mucha gente detrás que nos fue dirigiendo y que nos fue poniendo los puntos sobre las íes. Nos salió un contrato muy bueno con Calaverita Records, que se están portando muy, muy bien. Están muy metidos en el proyecto y les gusta mucho».
Pop surrealista sevillano
Las canciones de Juventude se mueven entre el pop y la verbena, entre el villancico y las rocieras, entre guitarras pesadas, trompetas y la distorsión. ¿Cuáles son sus referentes? «Los Mutantes y Los Beatles», apunta Nico sin pensar. «Ska-p y Frank Zappa», responde con contundencia Ángel. Y ambas respuestas son correctas. Juventude ha encontrado un sonido propio —que ellos mismos han bautizado como 'pop surrealista'— en un momento en la música en que muchas bandas suenan a otras bandas y parecen compartir las mismas influencias. «Tuvimos que inventar un género porque no había otro, como ya hicieron los Derby [Motoreta's Burrito Kachimba]», dice Ángel. «Es un halago [que el público note ese sonido propio]. Vivimos en la mejor época de la música, tenemos toda la música a nuestro alcance y cada uno se influencia de lo que quiere», responde Nico.
Ángel y Nico, Juventude, estarán el 17 de octubre en la Malandar.
De esa forma tan natural de componer, «sin ninguna línea editorial», han salido trece canciones. Siete de ellas, más de la mitad, las hemos podido conocer como 'singles' desde que firmaron con el sello y acordaron la fecha de lanzamiento del mismo: el 3 de octubre. Su primera aparición fue en el videoclip de su primer tema, 'La Motillo', visitendo ambos unas cabezas enormes con sus caras, hechas artesanalmente, con las que se daban a conocer bailando por las calles. «La gente ha aguantado con mucho valor. Porque es muy difícil aguantar a un grupo nuevo que no tiene nada. Que no te está enseñando nada», opina Ángel. «Nosotros nos hemos portado muy bien con el público con el trabajo que hemos hecho, que yo creo que es exquisito, sinceramente», defiende su compañero.
Así, canción tras canción, el grupo ha ido sembrando la semilla del interés, enseñando un poco lo que estaba por llegar, pero dejando algunos huecos en la imaginación de la gente. «Hay algunas cosas que no las entiende ni Dios», dice Nico entre risas. «Obviamente, nosotros lo sabíamos, pero no tenemos prisa porque eso se entienda. Cuando alguien dentro de un año se ponga a ver los vídeos a lo mejor dice, hostia, estos cabrones están intentando decirnos cuál es el puto secreto del oro». Para Ángel, quien ha trabajado en la estética visual de los vídeos, «esa línea argumental nos ha ayudado a dirigir los vídeos, con una estética basada en esa idea, pero tampoco pedimos a la gente que lo entienda. Para nosotros es divertido, pero no nos lo tomamos en serio».
El resultado son canciones donde reina la improvisación y el caos, el absurdo, pero también la belleza, la poesía e incluso la muerte. «Sí, lo he estado escuchando esta semana y he pensado lo mismo: la muerte está muy presente en el disco, sin pretenderlo. Ha sido la palabra de la semana», afirma Ángel. En estas canciones se habla en japonés e italiano, pero también del Betis y hasta de los Morancos. «Eso es una anécdota real que le pasó a nuestro guitarrista», relata Nico, haciendo alusión a un verso de uno de sus temas donde confunden a César con Jorge Cadaval. «Estábamos grabando 'La Motillo', no teníamos letra y nos acordamos que Charlie [Conradi] el día de antes nos contó que se había encontrado a César y le llamó Jorge, lo confundió. Lo improvisamos delante del micro y se quedó ahí para siempre».
Aunque su forma de componer rebosa un espíritu libre y una devoción apasionada por la improvisación, tanto Nico como Ángel han ido puliendo las letras y el sonido con tal detalle y cuidado que una primera escucha de Juventude no es suficiente para empaparse de todas las referencias. «Intentamos ganarnos la vida con esto, cada detalle cuenta , sobre todo en un grupo como este», afirma Ángel. «No pensamos en qué va a pensar la gente de una letra, por ejemplo, pero sí que nos hemos rayado con cosas, yo con mis letras, con 'Mis Pecados', por ejemplo, sí he tenido mis momentos», afirma. «Aún así, todo está muy pensado al detalle, cada detalle tiene algo que decir», incide Nico.
Un detallismo que atañe, por supuesto, a lo sonoro. Un campo donde el trabajo de Íñigo Bregel ha sido esencial. «Nosotros llevamos a su estudio las producciones muy avanzadas», dice Nico. «Lo que pasa es que Íñigo Bregel (Los Estanques), que es un genio y es mucho mejor que nosotros, dio con la tecla, porque además a él le gusta la música que a nosotros nos gusta, y nos iba aconsejando meter un micro por aquí, un instrumento por allí. Me dijo algo que se me quedó grabado: si una canción te gusta y le metes reverb, es que no te gusta tanto», afirma. «Es muy gracioso porque el disco tiene esa crudeza en el sonido, pero a la vez tiene tantos detalles que parece que es una superproducción, pero casi todo está grabado a la primera», añade Ángel.
Las intenciones están claras: «Queremos que este disco sea un 'ufff' de alivio para la gente, entre tantas cosas malas», aclara Nico, quien ha encontrado en este proyecto la luz al final de un túnel muy oscuro: «Pasé por una depresión en 2020. Ahí me acerqué a mi familia. Pasé más tiempo con ellos. De hecho, fue mi sobrina quien me sacó de ahí, quien hizo que no me quisiera matar ni a mí ni a mi música», confiesa. De ese momento tan oscuro nació 'Ana mi amor': «No iba a entrar en el disco, es una canción muy dolorosa para mí, la iba a dejar fuera, era un regalo para mi sobrina y para mi familia, pero al final entró porque Íñigo, que es muy benevolente, fue puntuando todas las canciones y la única que tuvo un diez fue esa».
Mucho ha llovido desde entonces y muchas canciones han ido floreciendo por el camino. «Si hoy nos viene un Richard Gere y nos dice: oye, mira, escúchame, no te preocupes que yo te pago todo, podríamos sacar quince temas por año perfectamente», afirman entre risas. De momento, toca presentar las 13 del disco en la Malandar el 17 de octubre, entre otras fechas como el Monkey Week en noviembre. Esta vez, eso sí, con banda: «Eso ha sido un quebradero bueno de cabeza», comenta Nico. «De momento somos cuatro [con Juan Rodríguez a la batería y Charlie Conradi a la guitarra], y se añaden dos trompetas que también hacen coros, pero habrá que verlo. En algunos se irán sumando más cosas, depende de las fronteras que vayamos abriendo», añade Ángel. Su última parada ha sido en el festival de Vic, un concierto del que han salido con muy buen sabor de boca. «Tenemos mucho miedo de no hacerlo bien», afirma Nico. «Aunque allí lo hemos pasado genial, creo que salió todo de puta madre»
Actualmente Ángel trabaja para una perfumería en Madrid y Nico, por su parte, en un 'hostel' «sirviendo mojitos y llevando a los guiris de fiesta por ahí». Algo que podría cambiar si el disco funciona, si estos conciertos abren las puertas a los festivales, a otros aforos. «Queremos entrar ahí, estamos muy contentos y expectantes», dice Ángel. «Tenemos una sensación de nerviosismo, pero no del malo, sino de a ver qué pasa. Ahora es el momento donde se ve si el disco funciona o no». La primera canción del disco, 'Los Reyes Magos' —que bien podría ser una broma interna sobre su propio pasado musical— no puede dejarlo más claro cuando cantan, entre melodías pegadizas y coros divertidos, eso de: «Sed benvenuti a esta humilde chanson». Dicho queda.
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