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crónica

Ana Torroja y Alaska, estilos distintos e idéntico talento

Las dos artistas destacaron en una nueva cita de la tercera edición de Icónica Sevilla Fest en la que también actuaron las Nancys Rubias

Alaska: «Hace diez años que no piso una discoteca»

Ana Torroja: «Siempre me hablan de la nostalgia, pero para mí Mecano es presente»

Mario Vaquerizo: «Mi fe y mi vida espiritual me han salvado la vida en muchas ocasiones»

Alaska fue una de las artistas que subió anoche al escenario de Icónica Sevilla Fest
Alaska fue una de las artistas que subió anoche al escenario de Icónica Sevilla Fest raúl doblado

Fernando Rodríguez Murube

Sevilla

Más de tres horas y media de música en directo pudieron disfrutar las cerca de 4.000 personas que acudieron ayer a la Plaza de España en la maratoniana cita programada por Icónica Sevilla Fest para el décimo espectáculo de esta tercera edición. Ana Torroja, Fangoria y Nancys Rubias fueron las protagonistas de un espectáculo que tuvo momentos de elegancia suprema, episodios canallas y, por supuesto, de pura fiesta, de una noche que empezó de una forma suave y melódica y mutó, ya de madrugada, en un auténtico discotecón.

Con el sol todavía oponiendo resistencia a la luna apareció sobre el escenario Ana Torroja. Tras el primer acelerón de la que fuese vocalista de Mecano –números en mano, el mayor grupo pop que ha dado España en la historia–, con 'El cine', 'Ay qué pesado', 'Me colé en una fiesta' y 'Hoy no me puedo levantar', la artista saludó al público asistente mostrando su felicidad por regresar a Sevilla, una ciudad «a la que hacía muchísimo tiempo que no venía a cantar». 23 años en concreto, tal y como le recordaron desde el público.

Su concierto alcanzó el clímax con un infalible póker de ases de la cosecha Mecano: 'Mujer contra mujer', «una canción que va a ser eterna» y que sirvió para «reivindicar la diversidad en el amor»; la bellísima 'La fuerza del destino'; 'Un año más' e 'Hijo de la luna'. La exquisita interpretación que la cantante hizo de esta última pieza supuso un gozoso ejercicio emocional repleto de nostalgia más que interesante y que, además, automáticamente te hace tomar más conciencia si cabe de que en el escenario está una artista que es una leyenda viva de nuestra música.

Instantes después el póker se transformó en repóker gracias a otro éxito ecuménico del grupo que la madrileña integró junto a los hermanos Nacho y José María Cano, 'Me cuesta tanto olvidarte', cantada por los fans mientras iluminaban la noche sevillana (ahora sí) con las linternas de sus móviles y que sirvió para abrochar su gran actuación.

Antes de que esto último ocurriera, la aristócrata de dulcísima voz invitó al escenario a la otra gran protagonista de la noche, su compañera y amiga Alaska, con quien interpretó a dúo 'Hora y cuarto', el tema que ambas grabaron hace justo dos años y que solo habían podido cantar juntas en directo en una ocasión. Independientemente del nivel de la canción, sin duda, fue uno de los momentos más importantes de la velada, ya que disfrutar de la presencia sobre un mismo escenario de dos gigantescas estrellas de la música española como Ana Torroja y Alaska fue un privilegio que el público supo valorar con una atronadora ovación.

Tras la despedida de Ana Torroja, cambio de registro radical para dar la bienvenida a Nancys Rubias. Con el polifacético Mario Vaquerizo al mando de las operaciones y una divertida puesta en escena, la banda atacó 'Alfabeto Nancy', 'Peluquitas' y 'Me encanta', sus temas más conocidos, e interpretó varios de los tracks de 'Orquesta Nancy', un disco de versiones que había visto la luz apenas unas horas antes y entre las que destacó 'Mi vida rosa', de Los Romeos.

Superada la hora bruja, las Nancys, que facturaron la parte más floja de la noche con mucha diferencia, cedían el testigo a Fangoria. Alaska, la incombustible diva encumbrada en la movida madrileña hace cuatro décadas, hizo una colosal exhibición de energía, pasión y carisma sobre el escenario.

Huracán electropop

Ya advertía ayer en una entrevista a este periódico, que los conciertos de Fangoria de este año están aún más arriba en intensidad de lo que ya de por sí acostumbran ella y su inseparable Nacho Canut. No era un farol. La actuación fue un huracán electropop que durante más de una hora y cuarto convirtió la monumental Plaza de España en una auténtica pista de baile en la que se antojaba prácticamente imposible no contagiarse del ambiente festivo y colorido que iba in crescendo a base de marchosos éxitos que en muchos casos fueron reformulados bajo un barniz que frisaba con el bacalao.

La carta de presentación, 'Fiesta en el infierno', fue toda una declaración de intenciones: melena al viento, bailes y carácter a raudales. 'Espectacular', la cuarta del set, provocó un estallido de energía que ya no amainó jamás. Poco a poco fueron cayendo 'Retorciendo palabras', 'Dramas y comedias' y 'No sé qué me das', una de las más celebradas.

No obstante, en este sentido, la palma se la llevaron las eternas 'Ni tú ni nadie' y, sobre todo, 'A quién le importa', patrimonio histórico del pop español que lleva la firma de Alaska y Dinarama y que anoche puso bocabajo Icónica, antes de despedirse acompañada por las Nancys Rubias, que regresaron al escenario para interpretar con la diva el 'Rumore' de Rafaella Carrá.

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