El testimonio de Jennifer Hermoso ante la Fiscalía: «No me merezco haber vivido esto»

Promocionado de esa manera los televidentes apuntaron a una exclusiva relacionada con Daniel Sancho. Sin embargo, la primicia de 'Código 10' se trataba de las declaraciones íntegras de Jenni Hermoso ante el fiscal. La grabación, donde se hace pública por primera vez la versión de la jugadora, contradice totalmente la de Luis Rubiales:en ningún momento el beso que le dio el ex presidente de la Real Federación Española de Fútbol fue consentido por parte de ella.

Esa secuencia de cinco segundos marcó para la futbolista el inicio de una pesadilla. Durante los 45 minutos que dura su declaración, Hermoso denuncia también el brutal acoso que sufrió por parte de la RFEF.

«Lo primero que le digo al abrazarle fue 'la que hemos liado'. El pega un salto sobre mí, yo me mantengo firme para sostenernos. A la que baja me dijo que 'este mundial lo habíamos ganado gracias a mí'. Lo siguiente que recuerdo son sus manos en mi cabeza y no recuerdo haber escuchado nada más. Lo primero que le digo al abrazarle fue 'la que hemos liado'. El pega un salto sobre mí, yo me mantengo firme para sostenernos. A la que baja me dijo que 'este mundial lo habíamos ganado gracias a mí'. Lo siguiente que recuerdo son sus manos en mi cabeza y no recuerdo haber escuchado nada más», relata Hermoso.

La primera reacción de la madrileña fue la de minimizar el comportamiento de Rubiales para no empañar la victoria de la selección, pese a reconocer haberse sentido muy incómoda. «Yo en ningún momento hubiera podido consentir ponerme a llorar en una esquina porque era momento de celebrarlo».

«En ese momento estaba en shock. Era un hecho histórico, nos había costado la vida, en ningún momento me podía esperar que pasara algo así. Yo abracé a la reina, a su hija… Rubiales era una persona de confianza, no pensaba que fuese a hacer algo así. No tuve tiempo de reaccionar, al instante me bajé a la tarima y lo primero que hice fue decírselo a dos compañeras», asegura la futbolista, que repite varias veces en la declaración que el beso no fue consentido. «Me sentí no respetada, no se me respetó ni como jugadora ni como persona. Yo estaba viviendo algo histórico y pensé que algo así iba a acarrear consecuencias. Yo no hice nada para encontrarme con esa situación».

Entretanto el presidente, viendo la dimensión que estaba tomando el tema, la llamó a la puerta del vestuario presionándola para que acallara la polémica diciendo que el beso había sido consentido. «Me dijeron que teníamos que quitarle hierro al asunto porque se estaba liando mucho. Yo ahí le dije que yo sabía cómo había sido, que no había estado bien y que él sabía que le iba a caer. 'Lo que has hecho lo has hecho delante de todo el mundo'», reveló.

Es el primer intento de que Jennifer cambie su versión. No lo consigue, pero la coacción no había hecho más que empezar. Después ocurrió otro episodio que también sacó a la luz. «Para el autobús, se hace un silencio mortal y me empiezan a decir desde delante que baje, que baje rápido. Bajé y me enseñaron un escrito, yo no dije ninguna palabra de ese comunicado. Tenemos que poner esto porque se está liando mucho y tenemos que quitarle hierro al asunto. Yo le dije 'haced lo que queráis', pero no escribí ni dije ni una palabra de ese escrito. Me sentí coaccionada».

«Mancharon mi imagen, sentí que como jugadora y trabajadora de la Federación nadie me protegía, ellos me pedían que yo les ayudara y protegiera, pero en ningún momento sentí que me estuvieran protegiendo a mi imagen», agregó, bastante afectada. «No me merezco haber vivido todo esto, para mí es muy difícil no poder salir de casa. Haberme tenido que ir de Madrid para no tener esa presión que estaba teniendo de gente que solo quería hacerme daño, ¿por qué tenía que estar en una habitación reprimida si no había hecho nada?», se lamentó entre lágrimas.