First Dates
La tierna pareja de síndrome de Down de «First Dates»
El espacio de citas de Cuatro sorprendió presentando a la primera pareja de síndrome de Down en busca del amor en el programa
Sara y Manolo durante su cita en «First Dates»
«First Dates» comenzó su programa de este lunes con un ejercicio de arqueología televisiva española. Ivanka, una barcelonesa de 55 años y primera aspirante de la noche, fue presentada como una de las azafatas de «Un, dos, tres» , el mítico programa ... que se estrenó en 1972 en Televisión Española. Pasados los años de gloria, Ivanka entró entró en horas bajas y apareció en el restaurante de Sobers tras cuatro años sin relaciones con ningún hombre . No es extraño si se tiene en cuenta que lo primero que busca en un hombre es afinidad ideológica: «Yo quiero a un hombre animalista , que defienda a los animales y se comprometa».
Iba a tenerlo difícil con Jesús , un formal arquitecto guipuzkoano al que no se le veía con muchas ganas de encadenarse frente a una plaza de toros . Menos aún si Ivanka ya empezó con lo para ella parece ser monotema: «Soy vegetariana, por supuesto» . Tras pocas frases de conversación, el vasco ya se había formado una sólida opinión de ella: « Es muy militante, yo creo que en exceso , y eso no me gusta. Hay extremismos que quitan la felicidad».
Jesús también era militante , y en exceso, de lo suyo. Llegó al restaurante dejando bien claras sus filias: « Soy activo y fetichista , el sexo forma una parte muy importante de mi vida». Tampoco tardó demasiado en sacar a relucir sus obsesiones: «A mí me gusta mucho la fotografía y, p ara aplacar mis deseos, hago fotografía erótica ». A Ivanka no pareció disgustarle la idea, y a Jesús tampoco le asustó demasiado ajuntarse con una activista de PACMA, así que ambos decidieron darse el «sí, quiero» y verse por segunda ocasión.
Pero el momento álgido de la noche llegó cuando «First Dates» sorprendió presentando a su primera pareja con Síndrome de Down . El primero en llegar, acompañado de su padre, fue Manolo, auxiliar administrativo y cantaor . Su relación con el amor no fue muy buena hasta ahora, y compartió con Sobera su emotiva historia de amor no correspondido .
Poco después apareció Sara, gaditana de 23 años, ilusionada y con ganas de encontrar al amor de su vida: «El amor es precioso y nunca falla» .
Antes de la cena, Manolo cantó junto a su padre una canción en la que, como explicó después, reivindicaba que «los síndrome de Down no somos bichos raros y podemos enamorarnos igualmente». Su pareja, Sara, le miraba fijamente desde su puesto, «me ha encantado, fue muy bonito» . Él, al principio, aseguró estar nervioso pero «en cuanto la ví sentada se me pasó todo y me salió solo».
Cuando apenas llevaban unos segundos sentados a la mesa, se agarraron de la mano y ya apenas se soltaron hasta el final. La miraditas, las palabras de complicidad, los suspiros, las sonrisas...indicaron desde el primer minuto que Sobera y los suyos habían acertado de pleno emparejándolos.
Ya en el postre empezaron a darse de comer mutuamente, y Sara se puso de pronto a llorar, «es la primera vez, y ha sido muy bonito» . El resultado era muy predecible: un sí claro y rotundo .
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