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El octavo pecado capital de la televisión: así se convierte la política en un espectáculo

Ya no importa que lo que cuente sea verdad, sino que parezca que la televisión es la propia verdad, y que lo que cuenta se dé por hecho que lo es

Lucía M. Cabanelas

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Hubo una época, a finales del siglo XX y con la consolidación de la televisión en todos los hogares, en la que los programas de información que se emitían intentaban ser un reflejo fiel, y neutral, de la realidad. Sin embargo, el desarrollo del medio ... catódico, en lugar de integrar las innovaciones tecnológicas para ganar en calidad manteniendo su esencia ha evolucionado en otra dirección. Ya no interesa representar la realidad, sino crear una propia ; crear contenidos dentro de la televisión, en lugar de buscarlos fuera. Por tanto, ya no importa que lo que cuente sea verdad, sino que parezca que la televisión es la propia verdad, y que lo que cuenta se dé por hecho que lo es.

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