El recto anterior
Se estrenan dos estupendos documentales sobre Prosinecki y Hugo
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Iniciar sesiónRobert Prosinecki fue alguien muy importante en los primeros años 90. Primero se esperó su ‘transfer’, que no llegaba nunca, y luego se esperó su juego, que tampoco. Se lesionó muy pronto en el (imposible olvidarlo) recto anterior del cuádriceps derecho, la cornada ... en la femoral del futbolista, porque hace imposible chutar sin miedo. El gran fichaje del Madrid, que venía de levantar la Copa de Europa con el Estrella Roja, se convertía en el futbolista que no podía chutar.
Hijo de croata y serbia, por esos días Prosinecki perdía también su nación. Cuando alguien se pregunta qué hubiera sido de la Yugoslavia futbolística de seguir unida, no tiene que fantasear, solo consultar lo ocurrido en el Mundial Juvenil de Chile en 1987: Mijatovic, Suker, Jarni, Boban y Prosinecki ganaron el campeonato a la Alemania industrial de Sammer y Moller.
El ‘Informe+’ que Movistar le dedica a este desventurado centrocampista cuenta estas cosas y algunas más. Prosinecki se revela, descrito por Boban, como un hombre sencillo y dulce y su mala suerte nos parece algo más complejo.
El documental permite reconsiderar su fútbol, un juego de posesión personal, de conducción, de regate, controles y fintas, digno contemporáneo estético de Petrovic y los baloncestistas balcánicos; un juego que no quiso ser engranaje en el ágil sistema cruyffista y que encontró fugaz comprensión en el muy maltratado Madrid de Benito Floro.
Esta pequeña joya audiovisual no es la única estos días. ‘Hugo Sánchez: el gol y la gloria’ (Prime Video ) ofrece otro recorrido por una carrera opuesta, la del triunfador Hugo, el que sí chutaba, el de los 38 goles a un solo toque.
Pero lo que parecería un documental futbolístico más, a mayor gloria, acaba sorprendiendo ; Hugo , como en un ‘reality’, nos muestra a su familia: su mujer cuenta que tenía celos hasta del cura; sus hijas, que todo lo tiene que controlar y él mismo, entre sollozos, se abre para recordar al hijo muerto. «Solamente el indio sabe lo que carga en su costal»; o la triste historia detrás del jefe de ‘La quinta de los machos’, que lloró tanto como volteretas dio.
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