Oti Rodríguez Marchante

Juan Diego: El actor incontenible en un hombre arrollador

En su muerte, no solo ha dejado un enorme rastro entre los suyos, 'su equipo', sino en todo el mundo que admiraba su nombre propio y doble

Muere el actor Juan Diego a los 79 años

'Juan Pliego', Rosa Belmonte escribe de Juan Diego

Juan Diego, en los Goya 2020 EP

Gran personaje y gran actor, y tan de público, tan de crítica y tan de izquierdas; un hombre siempre detrás de sus convicciones y, mira tú por dónde, el actor que mejor ha modelado su rostro y construido su gesto para encarnar en la pantalla ... ese grumo de clichés y tics visuales de las derechas, como aquel señorito Iván de ' Los santos inocentes ', o aún más en los terrenos del toro, en su interpretación de Francisco Franco en el ' Dragón Rapide0 ', de Jaime Camino. Un perfil ese de lo canalla, sinvergüenza y fanático que cultivaba con cierto regusto por la desproporción, como en películas como 'Jarrapellejos', de Antonio Giménez Rico; 'El rey pasmado', de Imanol Uribe, o incluso 'La noche oscura' , de Saura, donde interpretaba a un San Juan de la Cruz tan fino en el recitado y tan escabroso e histriónico en su pasión; o también con Saura, en el patético y macabro escenario de Puerto Hurraco en ' El séptimo día '.

Un actor de gran autoridad y de asumidos riesgos en el plano (esa necesidad de no pasar nunca inadvertido ni él, ni su frase, ni su modo de decirla), lo llevó a trabajar con prácticamente todos los grandes directores de este país, de Berlanga a Gutiérrez Aragón, de Fernando Fernán Gómez a José Luis Garci , del citado Saura a García Sánchez o Bigas Luna, y también de fuera de España, como Ettore Scorla ('El demonio de los celos”'), Marco Ferreri ('Los negros también comen') o Arturo Ripstein ('La virgen de la lujuria'), y ofrecerles algunos otros perfiles de su registro interpretativo, pues Juan Diego podía ser, además de esa fingida encarnación del hombre fanático, el tipo maduro, vividor y borrachín, el padre profundo y comprensivo o el tipo adecuado para coreografiarse en una comedia sin mucho más allá. Hace poco se le vio, mermado pero absolutamente él, en algunos momentos muy suyos en 'El Cover' , la primera y musical película dirigida por Secun de la Rosa.

Actor de verso, siempre atento al crujido de la madera teatral, y también actor de 'método' en el cine, un método particular y difícilmente contenible en el plano, al que le suministraba una especie de escapada personal a los mandamientos del director, de anarquía propia. No solo ha dejado un enorme rastro entre los suyos, 'su equipo', sino en todo el mundo que admiraba su nombre propio y doble.

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