El Hollywood de Europa: España como plató de cine y refugio de estrellas
El país que enamoró al cine dorado ha evolucionado en su normativa, pero mantiene su idilio con el séptimo arte
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Iniciar sesiónClint Eastwood aprendió a fumar en España y Ava Gardner, a vaciar las copas bebiéndose las noches madrileñas. Sofía Loren enfadó en la capital a Sarita Montiel y Frank Sinatra se quedó sin voz de tanto perseguir a su amada. Entre adicciones y fiestas nocturnas, ... otros prefirieron coger fuerzas. El Cid de Charlton Heston, que cortejó a Carmen Sevilla, hizo una tregua en su ‘conquista’ de Valencia para comer, junto a legiones de técnicos y extras, unos langostinos de Vinaroz en Peñíscola. Bette Davis, la única actriz que se sentó en el trono del Palacio Real, aplacó su agrio carácter y colmó su ansia de carne dejando Denia huérfana de gatos.
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Vinieron por trabajo, atraídos por los bajos costes, los incentivos fiscales y la posibilidad de liberar el capital extranjero bloqueado. Pero el sol, los imprevisibles manjares y la libertad interesada que les dio Franco hizo que muchos se enamoraran de un país que, en su vocación de abrirse al mundo, se convirtió en el Hollywood del Mediterráneo, un desconocido, por poco explotado, Edén al sur de Europa.
De Madrid al mundo
Samuel Bronston fue el primero en ver el potencial. A sus órdenes, Madrid se convirtió en Pekín y a las de David Lean, fue Moscú en ‘Doctor Zhivago’. No estaban las Rocosas de Monument Valley al fondo del plano de John Ford, pero Sergio Leone reinventó los wéstern en Madrid y Almería, permitiéndose el lujo de mostrar que un actor podía recibir una bala y morir en el mismo plano. Todo era posible en la España de finales de los cincuenta y principios de los sesenta: compartir plano con un soldado, utilizar a guardias civiles de extras. «Madrid era un pequeño Hollywood. Uno iba al Hilton y podía estar David Niven, Cary Grant… En España rodar era mucho más barato porque la mano de obra era más barata y les convenía», cuenta Enrique Herreros , amigo y anfitrión de muchas de las estrellas del Hollywood dorado que vinieron a España y, sobre todo, disfrutaron: «Con Franco no podías cagarte en él ni decir ‘viva el comunismo’, pero la jodienda…».
Coincide Esperanza García Claver , gestora cultural y comisaria de exposiciones como ‘MAD about Hollywood’ y ‘Berlanguiano’ . «Les gustaba que éramos unos disfrutones, la alegría, pero no debemos quedarnos ahí. Al principio traían sus equipos, pero cuando se dieron cuenta de la calidad que había solo se traían jefes de equipo y al resto los contrataban aquí. Si les gustaba alguien en especial eran capaces de pagarle en exclusiva durante ese año o el tiempo que tardara en empezar a rodarse la película. Era una manera de entender el cine que ya no existe».
Ante el riesgo de idealizar el pasado, cabe poner los datos en perspectiva. «Ese ‘boom’ fue un fracaso porque no creó industria ni se plantearon inversiones estables. Tan fácil como llegó se fue», sugiere Carlos Rosado, presidente de la Spain Film Commission, para quien España es hoy uno de los destinos más competitivos de Europa y atrae producciones gracias al incentivo fiscal a los rodajes creado por el PP, y al nacimiento en los noventa de las Film Commissions, que fomentaron la aplicación de estrategias de promoción.
No todo vale
Con la democracia Hollywood no perdió su pasión por España , pero sí cambiaron las reglas. Lo que sedujo a Anthony Mann o Sergio Leone hizo lo propio con George Lucas o Steven Spielberg, que rodaron en Andalucía ‘La guerra de las galaxias: La amenaza fantasma’ e ‘Indiana Jones y la última cruzada’. La diferencia es que Franco «usó al servicio de la propaganda exterior el patrimonio histórico público, al Ejército y a la Administración», explica Rosado, algo imposible hoy en día. Cuando Spielberg quiso colar un Rolls Royce en la Alhambra, se topó contra un muro. Al final, se mudó a Almería, en cuya Escuela de Artes y Oficios encontró un patio de mármol donde le permitieron grabar la escena para la película del mítico arqueólogo. «La democracia española ha dictado normas rigurosas para que los rodajes respeten el patrimonio, el medio ambiente y cumplan con las obligaciones fiscales, laborales y de seguros. La experiencia del franquismo fue desastrosa. España ahora es un país moderno, riguroso y garantista que ha permitido desarrollar una pujante industria audiovisual y de los rodajes», afirma el presidente de la SFC.
Desastre o no, el aperturismo de los sesenta y el desfile de grandes nombres del cine dio publicidad a una industria que ha terminado explotando en los últimos años. ‘Juego de tronos’ transformó la orografía patria en la de los Siete Reinos, y consolidó un turismo que dejó de ser solo de fiesta y playa. La serie de HBO, además, descubrió al mundo la belleza de un paisaje tan versátil como lleno de posibilidades, capaz de convertir Gerona en Braavos, la Alcazaba de Almería en Dorne y, de paso, acoger el nacimiento de Jon Nieve en el castillo de Zafra, en Guadalajara.
«Los rodajes tienen un gran impacto económico sobre un territorio. Crean inversión y puestos de trabajo directos en el sector audiovisual, indirectos a través de la contratación de todos los sectores derivados (hostelería, transportes, localizaciones...) que se ven implicados en la producción e inducidos, por el gasto añadido que dejan todos esos trabajadores en el territorio», explica Víctor Aertsen, del equipo de Madrid Film Office.
En total, se estima que más del 30% del presupuesto global de una producción recae en las localizaciones elegidas . No hay mejor escaparate, además, que el de las series y películas, capaces de proyectar la imagen de cualquier ciudad en todo el mundo. Un impulso que contribuye a desestacionalizar la oferta turística global, aunque a veces el reclamo no funciona como debería. Ahí está el ejemplo de ‘Misión Imposible 2’, donde Tom Cruise y Cameron Díaz recorrían Sevilla en moto... ¡durante los Sanfermines!
Los incentivos son incluso «más potentes» en las Islas Canarias , de ahí que muchas superproducciones enclaven sus rodajes en este exótico territorio. La primera película de Matt Damon como Jason Bourne, la sexta de ‘Fast & Furious’ o superhéroes de franquicias rivales, como la última aventura de Wonder Woman en DC o la próxima de Angelina Jolie, protagonista de ‘Los Eternos’, de Marvel. «Se puede llegar a un 50% de incentivos sobre los gastos realizados en Canarias», asegura Ricardo Martínez Cedrés, director de la Tenerife Film Commision, que destaca España como «potencia mundial para la producción audiovisual».
Por la variedad y diversidad que ofrece como plató natural, por la calidad del sector audiovisual y la seguridad que ofrece. Una tierra a la que muchos vinieron a trabajar y, algunos, se quedaron. Como Orson Welles, cuyas cenizas reposan en un pozo patrio. Un país para rodar y disfrutar; que enamora, pase el tiempo que pase.
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