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Complemento circunstancial

David Sánchez y Goliat

Esta vez no ha vencido David. Enfrentado al gigante de la Justicia y a la opinión pública, el tímido David Azagra

Yolanda Vallejo

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David el hermano, para los amigos- ha preferido bajar los brazos e irse con la música, con su música, a otra parte. No ha seguido la costumbre, ni siquiera ha tenido a un Aarón o a un Jur que le pusieran una piedra en las ... que apoyarse y continuar la batalla. La jueza de instrucción del caso lo tuvo fácil; la estrafalaria declaración de Sánchez se convertía en la prueba de cargo que desmonta la narrativa «oficial», la que habla de una cacería contra el entorno familiar del Presidente. Sentando ante el espejo, a David Sánchez solo le quedaba una opción, la menos habitual en estos casos, pero también la menos lesiva para alguien con un mínimo de sentido común. Su dimisión, la renuncia a un cargo que nadie ha sabido justificar no implica un reconocimiento de culpa legal, pero sí equivale a admitir ciertas irregularidades en su contratación y, sobre todo, en las funciones que, como director de la Oficina de Artes Escénica, debía haber desempeñado, si es que sabía qué es lo que tenía que hacer un director de una oficina que ni él mismo sabía dónde estaba.

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