PÁSALO
Harlem por bulerías
Si Marlaska no se ha pasado aún por Barbate, ¿se va a preocupar de los que pasa en las Tres Mil?
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Iniciar sesiónEn boca de Berganza puso Cervantes tres cuentas pendientes que el rey tenía que saldar en Sevilla: ganar la Costanilla, la calle de la Caza y el Matadero. Tres lugares de la Sevilla de los bajos fondos donde no entraba ni la luz. Solo tenían ... vía libre los malos. Siglos después, por boca de un munícipe ya caducado me entero de que, la alcaldía de esta ciudad, guiada por sinceros impulsos benefactores, se empeñaba en ganar para la normalidad ciudadana, un núcleo de población al otro lado de las vías, Las Tres Mil Viviendas, donde tampoco entraba la luz. Mandan los malos, que son la ley. Ese munícipe me puso al día de una realidad que el tiempo la ha convertido en incuestionable: la pila de millones invertidas en adecentamiento, mejoras, servicios y atenciones sociales al barrio, junto con iniciativas privadas loables y meritorias, se pierden como un vaso de agua en el mar. Porque los malos ganan antes un ejército entre una población marginal que la sociedad asimila tres o cuatro familias de contrastados principios acosados por un ambiente hostil. Tema recurrente en las pelis de Harry El Sucio, que pregonaba lo que estaba por venir…
Siempre hubo barrios donde la ley no entraba y uno casi no salía.
De mi etapa en una televisión local, recuerdo la llamada angustiada y al borde de la deserción de un cámara que grababa un reportaje en aquel pequeño Afganistán, comunicándonos que estaba solo ante el peligro, sin agentes que lo protegieran y bajo la amenaza de un grupo de camorristas que le iban a robar la cámara. A la orden de sal de ahí, tardó menos de diez minutos desde las Tres Mil a la Cartuja, con la ansiedad dibujada en la cara y abrazado a su cámara como si fuera un bebé rescatado de un incendio. De esto hace mucho tiempo. Y desde entonces, ya les digo, la manguera del dinero no ha dejado de aliviar euros, ni el grado de filantropía municipal y privado, ha recortado sus solidarias acciones. Nunca se rinden. Lo malo es que los otros, la garduña del nuevo milenio, tampoco lo hace. Y aquello sigue siendo, con permiso de Arturo Pérez-Reverte, nuestro territorio comanche, que lo mismo da para un tema de Pata Negra que para una reyerta de clanes a tiro limpio.
Jaime Bretón, su actual comisionado, ha demandado públicamente que la policía haga registros domiciliarios de armas. El lado oscuro de las Tres Mil vive de un mercado negro de armas y drogas. Es el East Harlem por bulerías. Pero si Marlaska aún no se ha pasado por Barbate y hay armas de la OTAN destinadas a Ucrania en el mercado negro ¿le puede preocupar que montescos y capuletos se cuezan a tiros en el culo de Sevilla?
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