trampantojos
Historia local de la infamia
Sólo la ficción se convierte en la única justicia que les queda a las víctimas
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Iniciar sesiónHan coincidido en el tiempo una ficción televisiva sobre el asesinato de Los Galindos, sucedido en Paradas en 1975, y el nuevo varapalo judicial sufrido por la familia de Marta del Castillo. Sólo esos dos crímenes y sus respectivas investigaciones policiales ilustran una hiriente página ... de infamia en la historia de Sevilla. El de Los Galindos une además el hecho de que nunca hubo un proceso judicial y, por lo tanto, los culpables quedaron impunes. Luego pasó el tiempo y las desidias quedando el delito prescrito. Ahora sólo contamos con hipótesis y la ficción como única 'justicia' que les queda a aquellas cinco víctimas.
Quedarán en nuestra historia de la infamia estos dos sucesos llenando de miedo nuestra memoria. En Los Galindos tenemos el cortijo como espacio angustioso de una tragedia de raíces griegas y un elemento perturbador como el calor asfixiante de aquel julio de 1975. También el inquietante fondo de la España tardofranquista que agonizaba con su galería de caciques, terratenientes y jornaleros de servidumbre.
El crimen de Marta del Castillo se comete en una fría noche de invierno -24 de enero de 2009- en la que la joven desaparece. Ese día comienza a escribirse -ya en nuestra presunta modernidad- una historia de jóvenes crueles capaces de asesinar y ocultar un cadáver sin tener la compasión de confesar dónde se encuentra. Cavaron la tumba y ni siquiera permiten colocar la lápida para cerrar el duelo. En nuestro imaginario quedan espacios de dolor: la búsqueda en el Guadalquivir, en el vertedero de Alcalá de Guadaira y una sucesión macabra de pozos y zanjas.
El crimen de Los Galindos lo recordamos siempre al pasar por la carretera de Paradas y ver cómo el sol terrible de julio cae sobre los campos. Del crimen de Marta del Castillo no olvidamos su rastro en los mapas de la ciudad, desde el piso de León XIII donde sucedió el asesinato hasta la calle Argantonio en la que la familia organiza sus dolorosas ruedas de prensa. Lo pensamos todos, pero ¿lo harán los asesinos? Como escribió Machado: «Mala gente que camina y va apestando la tierra».
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