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EN LÍNEA

Los súbditos felices de la idiocracia

Siempre se termina cumpliendo esa máxima de que tenemos unos políticos que no son ni más ni menos que el reflejo de la población

Eduardo Barba

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Vivimos en un páramo del pensamiento, las ideas, la inteligencia y el sentido común. No es posible ya concluir algo diferente. Uno repasa simplemente los últimos días de la vida pública española y comprueba que la gestión está en manos de unos mentecatos cada vez ... menos preparados que se agarran al poder porque fuera del mismo jamás podrían ganarse los cuartos. A todos los niveles administrativos. En el más alto, un Gobierno de inútiles, canallas o incultos que piden «perdón a los pueblos precolombinos» sin conocer ni de manera superficial la Historia, una oposición que pretende acabar con Maquiavelo mediante tuits o vídeos en redes parodiando a la Familia Adams y unos partidos periféricos y nacionalistas que le sacan los higadillos al país al que precisamente no quieren pertenecer. En el más bajo, ayuntamientos dándose patadas en el culo a ver cuál es más rápido poniendo arbolitos y luces navideñas dos meses antes mientras no saben arreglar los atascos de tráfico o que haya personas durmiendo a la intemperie.

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