Suscríbete a
ABC Premium

quemar los días

Sevilla necesita reírse más

El prenda de las prendas de la calle Correduría me reconcilia con esa ciudad imprevisible que perdimos

Daniel Ruiz

Esta funcionalidad es sólo para registrados

En mis tiempos mozos, tenía una novia que vivía en la calle Matahacas. Cuando tocaba comprar litronas, bajábamos hasta la esquina con Sol, donde había un puesto de chucherías regentado por un tipo impertérrito de pelo cano y gafas oscuras. Pasó algún tiempo hasta que ... descubrí a aquel mismo tipo subido en un escenario, vestido de superhéroe, con una capa negra y acompañado de dos ancianos con guitarras de juguete. Se hacía llamar Johnny Scarlata, y sus acompañantes eran California y Nevada. Ofrecían un show musical absolutamente gamberro y transgresor; como si Tony Bennett hubiera pasado la tarde en el circo de La Parada de los Monstruos de Tod Browning.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia