Tribuna abierta
Los orígenes de la aviación en España
Las primeras cuatro Bases Aéreas en España fueron la Base Aérea de Getafe, la Base Aérea de Zaragoza, el Aeródromo Militar de Tablada y el Aeródromo Militar de León
Los inicios del siglo XX pueden considerarse el periodo donde una nueva práctica, especialmente en los continentes americano y europeo, impulsa y consolida la actual aviación mediante el diseño y desarrollo de ingenios aéreos más pesados que el aire, diferenciándose en ese momento del acrecentado ... y muy valorado, hasta esa fecha, ámbito de la aerostación.
1909 se podría considerar el año inaugural de la aviación. Los hermanos Wright llegaron a Pau (Francia) para instalar su escuela de vuelo y, desde entonces, la fiebre de la aviación y sus posibles desarrollos, en diferentes ámbitos, no cesa de expandirse. Hasta esa localidad se desplazó, S.M. el Rey de España, Alfonso XIII, gran valedor y aficionado a esta nueva práctica y el comandante Vives Vich, acompañado por los capitanes Herrera y Kindelán, considerados como los verdaderos creadores de la aviación militar española.
Los primeros aviones, los Henry Farman, llegarían al recién inaugurado Aeródromo de Cuatro Vientos en 1911, creándose los primeros talleres de aviación militar, un laboratorio de Aerodinámica y convocándose el primer curso de pilotos.
Cuando la aviación militar cuenta ya con algunos pilotos, observadores y sus primeros medios aéreos, se crea, en 1913, el Servicio de Aeronáutica Militar, dividido en las Ramas de Aerostación y de Aviación.
Durante ese año se adquieren nuevas aeronaves, los Lohner Pfeilflieger y los Nieuport. Siete de estos nuevos aviones junto a otros cuatro Maurice Farman fueron enviados a Tetuán para apoyo a las operaciones militares en el Protectorado Español en Marruecos, que derivó en una cruenta guerra con grandes pérdidas humanas y económicas para España.
La neutralidad española en la Primera Guerra Mundial dejó al país al margen de los avances tecnológicos derivados de las necesidades bélicas, por lo que al terminar el conflicto armado, a finales de 1918, la aviación militar española se encontraba en una situación de clara inferioridad de medios respecto a las de los demás países de su entorno.
Primeros aviones en Cuatro Vientos
Finalizada la contienda, un sinfín de aeronaves aparecieron en el mercado internacional a precios asequibles, lo cual supuso un enorme varapalo para la expansión e industrialización de los incipientes diseños aéreos que se empezaban a construir en los talleres del Aeródromo Militar de Cuatro Vientos, de la mano de dos de los ingenieros proyectistas más prolíficos de la industria aeronáutica española: Barrón y Bada.
No obstante, la incipiente industria aeronáutica nacional se va consolidando en la segunda y tercera década del 1900, creándose industrias aeronáuticas en Santander, los Talleres Loring en Carabanchel Alto o Construcciones Aeronáuticas S.A en Getafe, por mencionar quizás las más relevantes.
Esta última, dirigida por el piloto e ingeniero militar José Ortiz Echagüe, se embarca en la construcción en serie, bajo licencia de la casa francesa, de los Breguet XIX, avión que utilizaron los aviadores españoles en los grandes raids aéreos hasta 1935.
Una vez que la industria aeronáutica tiene la capacidad de mantener y producir una flota dimensionada de aeronaves, que se dispone de un número proporcionado de escuelas de ingeniería y de vuelo, centros de experimentación, pilotos, observadores, ingenieros y mecánicos de aviación y que existe un marco legislativo adecuado, el espaldarazo definitivo a la consolidación de la aviación militar española lo constituyó la promulgación del Real Decreto, publicado en la Gaceta de Madrid el 18 de marzo de 1920, que dispuso la creación de las primeras cuatro Bases Aéreas: la Base Aérea de Getafe, la Base Aérea de Zaragoza, el Aeródromo Militar de Tablada (Sevilla), y el Aeródromo Militar de León, a las que en años posteriores se unirían, localizadas a lo largo de la geografía española, un número determinado de instalaciones aeronáuticas, la mayoría de las cuales existen en la actualidad.
Así, entre mediados de la segunda a tercera década de 1900, la situación geopolítica, la ausencia o paréntesis de conflictos militares, los avances aeronáuticos, el incremento de gestas aeronáuticas y la exploración de vías de expansión comercial internacionales, constituyen el escenario adecuado para que nuestros dirigentes y nuestros jóvenes aviadores quisieran demostrar al mundo que España tenía la capacidad, la ilusión, los medios y el coraje para formar parte del selecto grupo de países y personas que escribirían páginas brillantes de la historia de la aviación mundial.
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