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SALA DE MÁQUINAS

Caray con Óscar López

Sin duda, cuenta con una fortaleza encomiable, la de la fe del converso

Los barones ajusticiados

La aritmética del concierto

Julián Quirós

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Óscar López no ha podido empezar peor como ministro. Quienes le conocieron en la época en la que todavía era despiadado con Pedro Sánchez piensan que es un hombre educado y moderado. Pero fue meterse en los bajos de la Moncloa y ha vuelto transformado. ... Ha declarado nada más tomar posesión, sin que nadie le pregunte, que llega con muchas ganas de hablar, pero sospechamos que no será de los negocios inapropiados de Begoña Gómez, que algo habrá visto y oído. Y ha señalado además que le tiene muchas ganas a la oposición, que se van a enterar. Así, como salido de toriles, pisando fuerte, como si fuera Puente, el otro Óscar. Sus palabras de bienvenida denotan una falta de grandeza sin precedentes en un acto así, ni la más mínima cortesía, pero suponen toda una declaración de intenciones. El ministro de lo digital y la administración pública arranca con la prioridad de arremeter contra la alternativa política cuando ésta todavía no le ha dicho ni mu. Sin duda, cuenta con una fortaleza encomiable, la de la fe del converso.

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