la suerte contraria
¿Un teatrillo preelectoral?
Todos ganan. También el PSOE, que se vería muy reforzado electoralmente, lavando su imagen, centrándose en el tablero y obteniendo unos resultados previsiblemente mejores
Tras escuchar atentamente la comparecencia del 'Tejero de Amer' se intensifica mi sensación de que este año nos vamos a comer el turrón en plena campaña, alternando el engrudo con los polvorones y la misa del gallo con los mítines, que no dejan de ser ... otra misa, solo que sin epíclesis. Aunque, en realidad, lo que tendría lugar en Navidad sería la precampaña. La campaña propiamente dicha daría comienzo el 5 de enero para votar el 14, día de San Engelmaro -Santo Varón, que diría Tip- con las manos congeladas y la mirada perdida en una bruma no solo meteorológica.
Podría equivocarme, por supuesto. Pero, ¿a quién beneficia esto de mandar a la extrema izquierda federalista y plurinacional a negociar con la extrema derecha soberanista y cejijunta? Me temo que a ambos. Beneficia a Yolanda Díaz, que va encantada porque sabe que la foto consolida a Sumar como un espacio decisivo, importante, dialogante y abierto a la plurinacionalidad y al derecho a decidir mientras baila en la cuerda de la equidistancia con esa pericia como de funambulista del PSC. Pero también beneficia a Puigdemont, que pidiendo lo imposible a quien no puede dárselo, arma el relato de que no son 'botiflers', ni traidores, ni se venden por una mesita de negociación como los de Esquerra. Es decir, que sus exigencias son enormes -e irrealizables- porque ellos van en serio, son intransigentes, odian mucho y bien, no olvidan y rompen todos los puentes con los 'ñordos' españolazos porque, antes o después, 'ho tornarem a fer'. Este argumento, que para cualquier persona algo instruida es una macarrada, es una palanca potente de cara a su electorado, que volvería así a casa tras la abstención de julio. Y, sobre todo, sería potente de cara a las elecciones catalanas, donde podrían volver a ser la primera fuerza independentista, primer paso para recuperar la presidencia. Es decir, la 'pela'.¿Y al PSOE? Ni les cuento. Armaría la campaña sobre la base de que, pese a todo, ni siquiera se ha reunido con Junts -al contrario que el PP-. Y, además, ha dicho que no a Puigdemont, no ha cedido a su chantaje, ha dejado claros los límites, ha defendido la legalidad, la Constitución y ha obrado defendiendo las sentencias del Poder Judicial y a España. Y que todos esos que aseguraban que iba a vender el país por cuatro votos no solo estaban equivocados, sino que son, como siempre, solo campañas de mentiras y 'fake news' de la extrema derecha.
Total, que todos ganan. Gana el PSOE, que se vería muy reforzado electoralmente, lavando su imagen, centrándose en el tablero y obteniendo unos resultados previsiblemente mejores, lo que quizá podría llevarlos a formar gobierno necesitando negociar con menos partidos. Gana Sumar, que protege su posicionamiento plurinacional y 'a la izquierda del PSOE'. Y gana Junts, que, de cara a los suyos y a ANC, vuelve a la vía soberanista, unilateral, dura y mostraría una valentía histórica al decir 'no' cuando tocaba.
Y todos contentos. Todos excepto el PP, claro, que vería cómo Sánchez vuelve a hacer lo que quiere, como un titiritero moviendo las marionetas a su antojo, y sacando partido de situaciones inverosímiles. Si yo fuera él, anunciaría además ese no-acuerdo con Junts en una rueda de prensa convocada media hora antes de la investidura de Feijóo, para desmontar por completo su discurso y estrategia. Y, como dice JM Nieto, ya solo le faltaría mandar una alerta de protección civil a todos los móviles de España. Y yo añado que, quizá, lo acompañe con una foto del Belén. El golpista, de caganer.